Otro asesinato legal

A menos que la movilización internacional que se desarrolla en su favor tenga éxito, el próximo 17 de agosto será ejecutado en una prisión de Pennsylvania (Estados Unidos) Mumia Abu Jamal, periodista, presidente de la Asociación de Periodistas Negros de Pennsylvania, ex director del periódico de las Panteras Negras (organización negra de izquierda de la década del 70), y periodista de radio –antes de ser detenido, su programa se llamaba “La voz de los sin voz” y se había destacado por sus sistemáticas y agudas denuncias de las brutalidades policiales contra los negros. Si la condena a muerte contra Abu Jamal llega a aplicarse, se tratará de la primera persona asesinada legalmente por sus convicciones políticas desde la ejecución del matrimonio Rosenberg en 1953, y una más de la larga serie iniciada con la ejecución de los militantes anarquistas Sacco y Vanzetti en la década del 20.


Abu Jamal está acusado de asesinar en la calle a un policía que golpeaba a su hermano. Los testigos que declararon inicialmente relataron que no fue Abu Jamal quien disparó contra el policía sino un “tercer hombre” que huyó inmediatamente (las pericias confirmaron que la bala que mató al policía no correspondía a la del arma que portaba Abu Jamal); además, denunciaron que Abu Jamal fue brutalmente golpeado en la calle por la policía a pesar de haber sido herido de bala en el entredicho. Estos testigos fueron “silenciados” por la abierta presión policial para condenar a Abu Jamal. Bajo la presión de movilizaciones públicas de policías exigiendo su condena, Abu Jamal fue condenado por un jurado mayoritariamente blanco, en el que revistaban varios familiares de policías, y por un juez que se jacta de su “récord” de 31 condenas a muerte.


En numerosas ciudades norteamericanas –y también en otros lugares del mundo– se han venido realizando manifestaciones y se han recolectado decenas de miles de firmas exigiendo la anulación de la condena a muerte contra Abu Jamal; en la comunidad negra norteamericana existe un amplio movimiento de solidaridad. Sumamos nuestra voz a la de los que en todo el mundo protestan contra este nuevo linchamiento legal de un activista de izquierda por el imperialismo norteamericano.