Otro protectorado de la Otan

Hace diez días, más del 80% de la población en condiciones de votar se pronunció por la independencia de Timor Oriental, o sea la separación de Indonesia. Desde que se conocieron estos resultados, la llamada milicia, que responde al alto mando de las fuerzas armadas de Indonesia, comenzó una masacre descomunal contra el pueblo timorense. Timor Oriental fue colonizada por Portugal, a diferencia del sector occidental que lo fue por Holanda. Cuando, en 1975, Portugal se retiró, fue invadida por Indonesia.


El movimiento por la independencia de Timor Oriental cobró una fuerza imparable a partir del derrocamiento de Suharto, a principios del año pasado. Este acontecimiento revolucionario provocó un principio de desmantelamiento del conjunto del régimen político de una nación que abarca a 13.000 islas de un marcado desarrollo desigual. Aunque Timor Oriental cuenta con una población de 800.000 almas, algunas provincias de Indonesia que se han alzado contra el régimen central, como Aceh o Irian Jaya, agrupan a decenas de millones de habitantes. La independencia de Timor Oriental fue concedida para mejorar la capacidad del régimen para controlar los otros movimientos autonomistas, pero ahora es vista como potenciadora de una desintegración de Indonesia.


El acuerdo que delegó en el referéndum el destino de Timor Oriental estableció también que, una vez que el parlamento indonesio convalidara el resultado, se establecería un gobierno de transición, presidido por la ONU, con la presencia de las fracciones independentista y anti-independentista. Es decir que, desde el vamos, las grandes potencias y el régimen indonesio impusieron un derecho de supervisión y control de la independencia. La abrumadora votación independentista ha puesto en crisis las posibilidades de esta transición tutelada y por eso se ha desatado la furia criminal de los militares indonesios. Los partidos nacionalistas de Indonesia también se oponen a la independencia de Timor Oriental.


La importancia económica y estratégica de Indonesia ya fue puesta de manifiesto cuando se convirtió en el detonante de la guerra del Pacífico, entre Estados Unidos y Japón, por la necesidad de Japón de controlar sus recursos petroleros. Ahora, el gobierno norteamericano está planteando el ingreso de una fuerza militar de más de cinco mil hombres, de Australia y Malasia, para poner orden en Timor Oriental. Australia ya tiene intereses petroleros en el mar adyacente, claro que de compañías internacionales. La ocupación militar de Timor Oriental, combinada con el régimen de transición tutelado, convertiría a esta región en apéndice de la Otan. La repercusión de este hecho sobre China podría ser francamente extraordinaria.


Todo lo comentado señala el gigantesco proceso de crisis internacional que ha desatado el derrumbe revolucionario del régimen de Suharto.