Para Bush, Lula es pivote estratégico

“A juzgar por el comunicado que firmaron (Lula y Bush) al finalizar la reunión de 10 horas que tuvieron en la Casa Blanca, el acercamiento entre ambos mandatarios es mucho más que circunstancial” (Clarín, 21/6). Bush convino en incluir a su par brasileño como “partenaire” en una política que va “más allá de las relaciones bilaterales” y a partir de una “declaración fundacional” acerca de la “visión compartida sobre la libertad, la democracia, la paz y la prosperidad de los pueblos”. “Sorprenderemos al mundo – concluyó el propio Lula – con nuestra relación con los Estados Unidos” (ídem).


El encuentro es la tercera cumbre entre ambos en menos de seis meses, y fue precedido por la invitación realizada al mismo Lula para participar en la reunión del llamado “Grupo de los 8”, algunas semanas antes. Fue cuando los líderes de las principales potencias imperialistas celebraron su “reconciliación”, blanqueando la ocupación anglo-yanqui de Irak. Un funcionario brasileño, además, acababa de ser asignado por las Naciones Unidas para colaborar con los ocupantes en el “mantenimiento de la paz”.


Ahora, Bush “aprobó el plan de Lula para liderar América Latina”… contribuyendo a garantizar “la estabilidad política de la región” (O Estado de Sao Paulo, 22/6). El yanqui agregó que “la política económica seguida por Lula es un ejemplo para la Argentina” (ídem), en referencia al cumplimiento a rajatabla de las exigencias del FMI. Lula se declaró dispuesto a impulsar las negociaciones para concretar el Alca, que co-preside con EE.UU. La burguesía del país vecino pide algunas concesiones para sus propios negocios – como es el caso de las exportaciones de acero al mercado norteamericano – a cambio de arrastrar al redil a sus vecinos. Una semana después del encuentro con Bush, Lula concurrió a la reunión de la Comunidad de Naciones Andinas, “para disipar los temores de que su gobierno viniese a obstruir las negociaciones del Alca” (O Estado, 28/6).


Es posible que Lula busque en las “relaciones privilegiadas” con los EE.UU. un “palenque donde rascarse” frente a la perspectiva del “default”. Naturalmente, apagar el fuego con nafta no es buen remedio. Es lo que intentaron Menem y De la Rúa con el comodín Cavallo. Kirchner acaba de retomar los pactos con el Fondo. Mientras el “veranito” argentino tiende a agotarse, el gobierno de Lula ingresa rápidamente en el período otoñal.