Paraguay: 25.000 campesinos coparon Asunción

Después de un mes de cortes de rutas y manifestaciones en todo el país, las organizaciones campesinas coparon Asunción, en lo que fue la manifestación más importante de la historia reciente de Paraguay. Ante la ausencia del presidente del país, los campesinos marcharon a la Legislatura, donde reclamaron: aumento del precio del algodón, expropiación de los latifundios improductivos, entrega de la tierra a los campesinos asentados ilegalmente y condonación de las deudas.


La manifestación campesina fue “efusivamente saludada” por la población asunceña, es decir que se transformó en un gigantesco acto de oposición política al gobierno de Wasmosy, que en poco tiempo más deberá afrontar una huelga general convocada por las tres centrales sindicales —la primera en 36 años.


El régimen de Wasmosy sintió el golpe de la manifestación campesina. El presidente debió “inventar”  la inauguración de una obra pública en el Brasil para escaparse de la capital. Wasmosy huyó de la manifestación, no sin antes ordenar la militarización de la ciudad y recordar la vigencia de un decreto de la dictadura stronista que prohíbe la utilización del transporte público para acudir a manifestaciones.


Pese a las veladas amenazas, al despliegue policial y militar y a las “chicanas” legales, la manifestación fue contundente y los miles de campesinos que no pudieron marchar a Asunción bloquearon las principales rutas del país durante varias horas.


Desde Brasil, Wasmosy reiteró que “no piensa subsidiar el precio del algodón”, a pesar de que éste viene subiendo sostenidamente en los mercados internacionales. El gobierno paraguayo no acierta a encontrar una iniciativa política ante una rebelión campesina que crece y que se extiende a las ciudades y al movimiento obrero, que ha comenzado a realizar huelgas. La caldera paraguaya sigue levantando presión.