Paro general en Grecia contra la reforma previsional

Los trabajadores griegos realizaron un paro este martes contra el proyecto de reforma previsional que el gobierno derechista de Kyriakos Mitsotakis (Nueva Democracia) presentó en el Congreso. La medida fue convocada por el gremio del sector público (ADEDY), la central ligada al Partido Comunista (Pame), y otros sindicatos como la Unión Panhelénica de Marinos de la Marina Mercante. Tuvo un gran impacto en el transporte terrestre (colectivos, tranvías, subte) y marítimo. Los hospitales funcionaron con guardias mínimas.


Como parte de la jornada, hubo movilizaciones en varias ciudades. En Atenas marcharon 10 mil personas (el PC organizó una convocatoria propia).


Los trabajadores denuncian que el proyecto es una continuidad de las políticas de recorte de pensiones instrumentadas en el país desde la bancarrota de 2010, bajo la presión de la Troika (FMI, Comisión Europea, Banco Central Europeo), y que además avanza hacia una privatización de la seguridad social. Aumentaría, asimismo, los años de contribución para poder jubilarse.


La reforma griega se inscribe en un ataque global de la clase capitalista contra las jubilaciones. En Francia, los trabajadores protagonizan paros y movilizaciones históricas contra la reforma previsional de Emmanuel Macron. En América Latina, los trabajadores argentinos, chilenos, paraguayos, brasileños, colombianos, costarricenses y nicaragüenses  han protagonizado grandes batallas en defensa de las jubilaciones en los últimos años.


Los trabajadores griegos ya habían ido al paro en dos ocasiones bajo el gobierno de Mitsotakis, en septiembre y octubre pasados, contra un proyecto que busca establecer una primacía de los acuerdos por empresa por sobre los convenios colectivos, y que además restringe el derecho a huelga. Esa ley es presentada por los funcionarios oficiales, en una actitud extorsiva, como la única manera de atraer inversiones.


Las políticas de la Troika han provocado una masacre social en Grecia, que aún padece un desempleo de 16,5% y tiene un tercio de la población bajo riesgo de pobreza.


Syriza, que criticaba las políticas de austeridad cuando era oposición, terminó aplicando a rajatablas las medidas de la Troika cuando fue gobierno (2015-2019), e instituyó también una política hostil hacia los refugiados. La decepción con esta política llevó a la derrota electoral de Alexis Tsipras y al triunfo de Nueva Democracia, uno de los partidos tradicionales griegos, que ganó también las elecciones regionales de junio del año pasado.


El nuevo gobierno continúa con las políticas de ajuste, ha reforzado la política de cooperación con el imperialismo y el sionismo (con el pretexto de la disputa fronteriza con Turquía) y ha endurecido la política anti-migrante, con el establecimiento de nuevos centros de detención y un aumento de las deportaciones. Los refugiados viven en condiciones inhumanas (38 mil personas en campamentos con capacidad para 6 mil, según la agencia alemana DW, 15/2) y son víctimas de la represión y de diversas agresiones de bandas fascistas.


La nueva medida de fuerza de los trabajadores griegos muestra una voluntad de lucha contra este gobierno reaccionario.