Internacionales
8/10/2015|1384
Perú: Humala desata una nueva masacre
Seguir
El 25 de septiembre, trabajadores y campesinos de la región Andina de Apurímac (que se organizan por la defensa del suelo, el trabajo y el medio ambiente) declararon una huelga indefinida contra la minera Minmetals (de capitales chinos y australianos). La convocatoria partió del Comité de Lucha de Cotabambas (CLC), compuesto por organizaciones sindicales y campesinas. Ante la resistencia, el presidente Ollanta Humala declaró el estado de emergencia en la zona y ordenó la intervención de las fuerzas armadas y la policía, con una represión que dejó cuatro muertos y centenares de heridos y detenidos. El 80% de los pacientes atendidos en el hospital de Cuzco presentaban heridas de bala de plomo, fracturas y traumas graves.
Las revueltas se producen luego de la modificación inconsulta del proyecto de la mina de cobre Las Bambas, que establece el traslado de una planta de molibdeno que afectaría el abastecimiento de agua de la población y contaminaría el aire en Cotabambas. Las movilizaciones ponen en jaque la política prominera de un gobierno que actúa como el escribano de las grandes corporaciones mineras. Otro de los lugares perjudicados es “La Oroya (que) ha sido declarado por la Organización Mundial de la Salud como una de las zonas más contaminadas del mundo (…) la OMS reveló que el 90% de la población sufre de altos niveles de plomo en la sangre (La República, 30/9).
La actividad minera es el corazón de la economía peruana: primer productor de plata, el tercero de cobre y zinc y séptimo de oro en el mundo. Sin embargo, su economía se viene a pique por la caída en el precio de los minerales a nivel internacional. En septiembre las patronales consumaron 75 mil despidos. En lo que va de su mandato, Humala ha asumido cuatro veces la utilización de Plenos Poderes. Desde el 2006 a la fecha han muerto más de 131 personas por la represión, y medio centenar se los ha cobrado el régimen de Humala (ídem, 1/10).