Perú: la función de la necedad trumpista de Fujimori

Llevar la derechización de Castillo a fondo.

Agrupación Vilcapaza

Estados Unidos, la OEA y la élite capitalista peruana reconocen -a “regañadientes”- el triunfo electoral de Pedro Castillo. Pero Keiko Fujimori –cada día más aislada- sigue insistiendo en que hubo fraude e inventa nuevas “pruebas” para impedir la proclamación presidencial de Castillo y –dicen- convocar a nuevas elecciones.

Los audios filtrados de conversaciones telefónicas de Vladimiro Montesinos (el sangriento jefe de inteligencia del dictador Alberto Fujimori, padre de Keiko) donde habla de comprar fiscales de la Junta Nacional Electoral (1 millón de dólares para cada uno) evidencian el nivel de conspiración con que funciona el Estado capitalista para armar sus complots antidemocráticos y antipopulares. Ahora ha renunciado uno de esos fiscales (¿cuánto habrá cobrado?) para trabar la salida de una resolución unificada de dicho tribunal.

El audio sobre Montesinos y el fallo del Poder Judicial contra el poderoso grupo El Comercio debilita a la coalición derechista. La empresa editora del diario El Comercio controla el 80% de los medios de información peruanos. Un fallo ha demostrado la ilegalidad (e inconstitucionalidad) de las “compras” y “aprietes” que hizo hace unos años. Ante el acaparamiento de los medios impresos, ocho periodistas presentaron una “demanda de amparo”.

Las hordas fascistas de Fujimori atacan a simpatizantes de Castillo que hacen vigilia en las afueras del JNE

Esta situación adversa para el grupo de prensa más poderoso del país, que está volcado al apoyo “indirecto” de la derecha fujimorista, ha provocado que El Comercio en su editorial del día domingo 27 diga que “…aun permanecemos a la espera de que el JNE proclame a un ganador y hoy queda claro que lo que empezó con el empleo de recursos legales legítimos para cuestionar la idoneidad de algunas actas por parte de Fuerza Popular (a través de impugnaciones y pedidos de nulidad), ha empezado a transformarse en un intento de diferentes sectores políticos por dilatar el proceso lo más posible. Todo amparado en acusaciones de fraude que hasta ahora no han sido comprobadas…”.

¿Cuál es, entonces, la función de la obstinación de Keiko Fujimori para anular los resultados de la elección que le dieron el triunfo a Castillo?

Jorge Montoya, ex almirante y electo congresista, propuso anular las elecciones del ballotage. En la otra foto Keiko Fujimori, en la vigilia que convocó con miles de simpatizantes, donde planteó una auditoría internacional a la OEA

Por un lado, igual que Trump, verificar si efectivamente no se puede forzar una anulación y convocar a nuevas elecciones (y obligar –de paso- a cerrar los procesos penales con los que está amenazada.

Más importante, también igual que Trump, consolidarse como el centro de la “oposición” a un eventual nuevo gobierno, nucleando en torno suyo a toda la derecha, al poder militar, a los medios de prensa, a la central empresaria Confiep, etc. que se están viendo obligadas a permitir que Castillo asuma la presidencia el 28 de julio. Y la de ir aislando a Castillo, copando todas las palancas del Estado.

Pero lo que está resultando fundamental es que se ejerce presión para limitar cualquier veleidad del profesor centroizquierdista y disciplinarlo al régimen capitalista. Los diversos sectores de las clases dominantes pusieron en marcha distintos instrumentos. Por un lado el pronunciamiento de decenas de militares “retirados” planteando que se bloquee el ascenso de Castillo. Pero el más importante ha sido la fuga de capitales, la especulación con la moneda (el sol), el “riesgo país”, etc. El viernes último el dólar había subido un 3% (algo hace tiempo no visto en la tierra peruana) y en la Bolsa caían los valores de las acciones. Un economista dice que luego de los resultados que le dieron el triunfo a Castillo se “fugaron” del país cerca de 20 mil millones de dólares.

Apareció Castillo pidiéndole a Velarde que se quede a cargo del BCR

Sorpresivamente, apareció Castillo, en un mitin de apoyo, con un discurso a la defensiva (diciendo que no es comunista ni chavista), y pidiéndole al presidente del Banco Central de Reservas del Perú (BCR), Julio Velarde, que continúe con esa función bajo su gobierno. Velarde tiene aproximadamente 20 años en ese puesto (bajo todos los gobiernos “neoliberales”) y es el representante directo del sistema financiero internacional.

El BCR se encarga de definir la política monetaria del país, de la devaluación de la moneda y del endeudamiento con los organismos internacionales como el FMI. Es una institución que define “entre gallos y medianoche” la vida de los peruanos (incluso a diferencia del Congreso que aprueba muchas veces leyes después de debatir meses), y lleva adelante políticas favorables para los grupos de poder económico.

Es una señal “a los mercados”, es decir a las clases dominantes. Igual que el nombramiento de Pedro Franke, un economista ligado al FMI (y posible ministro de economía)., como portavoz directo de Castillo en cuestiones económicas.

Esto calmó “los mercados”: el dólar volvió a caer, la Bolsa subió sus cotizaciones, etc.

El diario La República (29/6) llega a esta conclusión elemental: “Despejando temores. Luego del anuncio de que Julio Velarde debería mantenerse en el Banco Central de Reserva, el tipo de cambio se desplomó a S/ 3,887. En tanto, la plaza bursátil local registró una pequeña alza y el riesgo país se mantiene estable. Los mercados recibieron de forma positiva la posible continuidad de Julio Velarde al mando del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) como respuesta al pedido de Pedro Castillo”.

Hasta la última gota

Pero…. el presidente neoliberal del BCR no ha afirmado que se quedará, sino que lo iba “a pensar”. Va a ver cómo se conforma el gabinete económico para resolver. Rápidamente, Castillo ha quedado de rehén de la derecha liberal aristocrática. Las clases dominantes quieren usar la falta de proclamación de su triunfo para exprimir hacia la derecha al castillismo.

Incluso la desconfianza en el papel que pudiera jugar el secretario general, Vladimir Cerrón, del partido Perú Libre (PL), en cuya boleta fue Pedro Castillo ha sido encarada. Cerrón fue gobernador regional en dos oportunidades y por lo tanto tiene una clara trayectoria de no llevar adelante políticas radicales contra el capital. Al revés, fue condenado –en suspenso- acusado de corrupción en las obras públicas (por un contrato de la administración anterior), y tiene otras denuncias en curso. Pero… PL en su plataforma histórica afirma que es una organización “marxista”. Ante la desconfianza, ya la “justicia” ha anulado la excarcelación de Cerrón, por lo que debiera ir preso por 4 años (pero mientras tanto no puede ser nombrado en ningún cargo público). De los aspectos progresivos de la plataforma inicial no queda casi nada. PL, todo este tiempo se ha desarrollado como un partido aggiornado al régimen político.

La proclamación de Castillo se realizaría en los próximos días

Las señales de Castillo al establishment han sido claras: no va a cambiar nada substancialmente. Se mantendrá el statu quo. Estas señalas y los vladiaudios, generan las condiciones para la proclamación de Castillo en los próximos días.

Así las cosas, tendremos un presidente que prometió el cambio del “modelo económico”, pero que como han dicho sus asesores, “solo habrá reforma tributaria para que haya mayor recaudación y otros Reactiva Perú” (que beneficien a los empresarios “honestos”). ¿Y el impuesto a las grandes fortunas?, ¿La eliminación del sistema perverso de las AFP?, ¿La disolución del antiobrero Tribunal Constitucional?, ¿El 10% de aumento del PBI para la salud y la educación?, ¿La eliminación de las suspensiones perfectas?

Foto: Agrupación Vilcapaza

El Frente Nacional por la Democracia y la Gobernabilidad es un frente de contención de masas

En este nuevo escenario de debilitamiento de la coalición golpista, un sector del Frente Político Magisterial, Perú Libre, la burocracia de la central obrera (CGTP), el partido de Verónika Mendoza (que está copando el gabinete), el Frente Amplio, y otras organizaciones que apoyan a Castillo, han decidido constituir un “Frente Nacional por la Democracia y la Gobernabilidad”. Su línea es no caer en provocaciones. El planteo de “gobernabilidad” aparece como un intento de apaciguar cualquier movilización por los reclamos urgentes de las masas trabajadoras y campesinas. Pretenden que se transformen en “oficialistas” activas, postergando sus reclamos y medidas de lucha.

Con la excusa de “no hacerle el juego a la derecha”, el movimiento de lucha popular será llamado a apaciguarse (el paro nacional probablemente será suspendido y ningún plan de lucha será debatido). Así planteado, se trata de un frente de contención de la lucha de las masas, de un frente de colaboración de clases. Esto sería fatídico para el movimiento de lucha de los trabajadores. Sería llevado, nuevamente, a chocar con la misma piedra con la que chocó con los gobiernos “populistas” del APRA, Ollanta Humala o Susana Villarán, etc. ¿Cuál fue el resultado?

Están equivocados. Esta política de “defender la gobernabilidad” no derrotará a la derecha. Quieren dar de comer lechuga a un tigre y éste último se los va a terminar devorando. Ya hay deliberaciones al interior del movimiento magisterial limeño sobre si van a convertirse en furgón de cola del castillismo “caviar” o si van a mantener la independencia política de clase y movilizarse levantando sus propias demandas. Todo el movimiento obrero y popular debe luchar por defender la independencia de clase de sus organizaciones de masas (sindicatos, centrales, etc.). Luchar contra el golpismo derechista, sin apoyar la política que anuncia el castillismo, defendiendo la independencia de clase y reclamando los derechos de las masas. Convocar a la coordinación de los sectores obreros y populares que levanten esta perspectiva puede ser un puntal importante para el próximo período de agudización de la lucha de clases.

Foto: Luis Maguiña

Urge poner en pie una herramienta política independiente, un partido obrero revolucionario, que luche por las reivindicaciones obreras: aumento salarial de emergencia; derogación de la llamada “suspensión perfecta” que habilita a las patronales a despedir masivamente; negociación colectiva por rama; reincorporación de los despedidos; vivienda popular (financiadas por sobreganancias o impuestos progresivos al capital inmobiliarias); anulación de las AFP: sistema previsional único estatal bajo control de los trabajadores y financiado por las patronales; convocatoria general a paritarias libres; subsidios a los desocupados; triplicación del presupuesto de salud bajo gestión directa del personal sanitario; impuesto a las grandes fortunas; pago de más de 9,000 millones en impuestos de las grandes empresas; que la banca privada pase al poder público; no al pago de la ilegítima deuda externa, etc.

Los ojos de los trabajadores y explotados de América Latina están puestos en el Perú que ha derrotado a los Fujimori.