Perú: transformemos la huelga de los médicos en una huelga general

El miércoles 13 los médicos del Perú iniciaron una huelga general por tiempo indeterminado. Reclaman aumentos salariales, el pase a planta permanente del personal del CAS (Contratos Administrativos de Servicios) y de tercerizadas y, fundamental, un programa de emergencia sanitaria para enfrentar el desastre que está provocando la pandemia sobre el pueblo trabajador.

Godofredo Talavera, presidente de la Federación Médica del Perú (FMP), que agrupa a 100 mil profesionales, ha salido a denunciar que el gobierno está mintiendo y ocultando las estadísticas reales de los estragos que causa el Covid 19. El Ministerio de Salud afirma que hay 1 millón de contagiados, pero los informes recolectados por FMP desde las diversas regiones indican que estamos en el doble: !2 millones!

Y los hospitales no cuentan ni con médicos, enfermeras, medios técnicos e insumos para enfrentar esta explosión sanitaria.

“Por ejemplo, en Cajamarca, que tiene 1,3 millones de habitantes, hay un solo médico intensivista; Tacna, que tiene 700.000 habitantes, tiene sólo 2 médicos intensivistas, y Amazonas, San Martín, Apurímac o Pasco no tienen ninguno. La situación es crítica”, dice Talavera.

La huelga médica no ha dejado de atender los casos de coronavirus, ni los tratamientos contra el cáncer y la tuberculosis o emergencias. Es una huelga que fue anunciada con casi un mes de anticipación y el gobierno nada hizo al respecto. Ahora se vino con toda la segunda ola del coronavirus. El gobierno se ha visto obligado a echar un poco de lastre. El jueves 14 y días subsiguientes, anunció algunas medidas mínimas, casi cosméticas: un aumento de la partida presupuestaria de 44 millones de dólares para la contratación de más personal sanitario. Pero en realidad ha prorrogado el contrato CAS Covid de 14 mil profesionales por… ¡3 meses!

“La idea es que las personas mantengan su contrato y que no se nos vayan”, dijo la ministra de Salud, Pilar Mazzetti. Pende sobre los profesionales de la salud la espada de Damocles sobre su no renovación contractual y su despido. Mientras tanto, en lo que va del año hay una docena de profesionales que ha fallecido producto del contagio.

La ministra anunció que se abrirían 60 camas de terapia y estarían por entrar 180 respiradores. Que la Universidad de Ingeniería tiene un plan para construir plantas para elaborar oxígeno medicinal, hoy catastróficamente faltante. Estas medidas –que en gran parte son “próximas”, es decir futuras- son totalmente insuficientes.

Pero… ¿cómo es que después de 10 meses de pandemia recién ahora se están adoptando? El problema consistía en salvar los déficits de la salud pública y la desinversión realizada por todos los gobiernos capitalistas, con un enérgico plan de rearme del sistema hospitalario. Pero poco (con sabor a nada) se ha hecho. La ministra de salud confirmada por la administración de Francisco Sagasti, tenía esa misma función bajo el gobierno del caído presidente Martín Vizcarra. No se trata de un error, se trata de una política criminal contra la salud del pueblo pobre del Perú.

La ministra señaló que está “priorizando que haya un balance entre la salud y la economía de las personas”. Entre la salud de los pobres y la economía de las empresas y los ricos a los que llenan de subsidios de todo tipo, querrá decir.

El gobierno ha anunciado que abrirá un centenar de centros para el aislamiento-cuarentena de contagiados. Estos aparecen en realidad como cárceles de enfermos. Porque es una acción que no va acompañada por medidas sociales, otorgamiento de planes para las familias sin trabajo o con ingresos insuficientes. En Lima hay en la actualidad 1000 ollas populares que atienden, a duras penas, a 120 mil personas carentes de posibilidades alimenticias.

La lucha de los médicos debe ser apoyada por todo el pueblo trabajador, en forma activa. La central obrera (CGTP) que debiera estar a la cabeza de esta solidaridad que tiene que ver con la salud pública, dedica sus “energías” a las próximas elecciones. Los médicos están realizando todos los días acciones de movilización, con piquetes y actos frente al Ministerio, en las puertas de los hospitales y en centros públicos. La izquierda que se reclama clasista y revolucionaria debe tomar esta lucha como un gran eje de agitación, organización y movilización. Llevar el presupuesto de salud del actual 2,4% al 6%, como reclaman los médicos. No al hambre del pueblo trabajador: organicemos ollas populares en todas las barriadas y movilicémoslas para obtener alimentos y subsidios para las familias sin ingresos o insuficientes. Aumento de salarios para todos los trabajadores. Cuarentenas con sostenimiento social. La lucha de los médicos es digna y necesaria: es necesario transformarla en la huelga general de toda la clase obrera y los explotados.