Piñera prepara un ataque contra la educación pública

La nueva Ley de Educación chilena

Fernando Briones Torres

-Exclusivo de internet

El gobierno chileno ha salido a promocionar con bombos y platillos una reforma educativa que él mismo considera “revolucionaria”. Entre los puntos más destacados, encontramos la intención de becar a los estudiantes de Pedagogía (futuros docentes) que hayan obtenido un alto rendimiento en la Prueba de Selección Universitaria (PSU) y otorgarle un plus salarial a los egresados que pasen una prueba de excelencia. También daría mayor libertad a los directores de escuelas para reducir el plantel docente según criterios de eficiencia, aumentarían las horas de clase de matemática y lengua en detrimento de las de ciencias sociales e historia, y prevé la creación de una agencia comunal educativa que podría hacer convenios con instituciones y licitaciones en cada comuna.

Esta reforma antieducativa es un ataque a la educación pública. Por un lado, porque empeora las condiciones de trabajo de los educadores, segmentándolos según su “desempeño” y aumentando la autonomía de los establecimientos para poder despedir hasta un 5% del plantel. Por otro, es -según denuncias del Colegio de Profesores- una privatización encubierta, ya que las agencias comunales se podrían fusionar y adjudicársela alguna fundación o empresa.

Esto no significa que la actual Ley General de Educación sea una maravilla, dado que la misma es una reforma cosmética a la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (Loce) de Pinochet, sancionada debido a la presión de la impresionante rebelión estudiantil de 2006 -la Rebelión de los Pingüinos. Es la ley del gobierno de Bachelet la que permite aberraciones como la amenaza de cierre de colegios, fusión de cursos y despido de profesores en los municipios más pobres debido al ahogo presupuestario, justo ahora que las regalías obtenidas por el gobierno con el alza del precio del cobre han alcanzado niveles históricos.

Son las tomas de escuela por profesores, padres y alumnos en Cerro Navia (barriada popular de Santiago), por ejemplo, las que marcan el camino de la resistencia a un Colegio de Profesores aún falto de reflejos.

Basta de educación de mercado, luchemos por una educación pública, estatal y gratuita.