El martes 7 se realizó en el local del PO de Pompeya una charla sobre la situación política boliviana, con el compañero Daniel Pérez, dirigente de Socialismo Revolucionario de Bolivia. La actividad fue impulsada también por el Polo Obrero, donde la comunidad boliviana es muy importante y numerosa.

 

Daniel hizo eje en su primera intervención en desarrollar distintos puntos clave sobre la situación de nuestro país vecino. El escenario actual de Bolivia y América Latina se encuentra signado por la crisis mundial y el derrumbe del nacionalismo burgués en todo el continente (así como por una dificultad para abrirse un rumbo por parte de las experiencias derechistas que lo han sustituido en numerosos países).

 

En Bolivia, la deuda externa se duplicó (7000 millones), lo que fue acompañado de la caída de las exportaciones y el crecimiento del déficit fiscal.

 

Evo Morales está llevando adelante el ajuste que reclaman los capitalistas. El gobierno ya recortó más de la mitad el presupuesto en partidas sociales (telón de fondo de la enorme crisis hídrica que dejo sin agua a las grandes ciudades), la desocupación está en alza, la inflación también, aunque a ritmo lento pero constante. El empleo en negro alcanza al 70 por ciento. Se anuló el doble aguinaldo y se encuentra en desarrollo un ataque contra las pensiones. A su vez, la represión está al orden del día para imponer la regimentación del movimiento obrero y popular. Como ejemplo, cabe señalar el ataque feroz contra los mineros o los trabajadores textiles de Enatex.

 

El conjunto del escenario descripto está dando lugar a fracturas y enfrentamientos dentro de los sectores que fueron la base de apoyo del MAS, como el campesinado y los mineros cooperativizados. El triunfo del NO en el referéndum sobre la postulación de Morales a la presidencia en el 2019 es expresión del mismo proceso de distanciamiento de las masas con el gobierno. Hay que apoyar la tarea de construir un Partido Obrero independiente del nacionalismo burgués y de todas las variantes patronales.

 

Luego de este primer análisis, se abrió la ronda de preguntas. El local, repleto, estaba en silencio expectante. Una compañera rompió el hielo: expresó con cuánta ilusión ella y su familia apoyaron al gobierno de Evo Morales en sus comienzos. Y con cuánta desilusión estaban enfrentando el proceso actual. Otras compañeras levantaron la mano y compartieron su experiencia, y las de sus familias en Bolivia, en la misma línea. A partir de entonces la discusión giró en torno al problema fundamental de construir un canal de intervención independiente de los trabajadores en Bolivia, que se posicione como una alternativa al MAS y a Evo, que realmente defienda los intereses de los trabajadores y campesinos. En esta línea, la participación del compañero de Socialismo Revolucionario fue muy bienvenida, y quedó la promesa de que esta actividad sea el comienzo de un trabajo conjunto. Los compañeros lo van a invitar a una nueva charla en el Bajo Flores para que puedan asistir más bolivianos.

 

Finalmente, se discutió concurrir masivamente el martes 14 a la Audiencia Pública en el Congreso Nacional convocada por los legisladores Néstor Pitrola y Marcelo Ramal contra el decreto antimigratorio de Macri, de características fascistoides. El decreto, de aprobarse, reformularía totalmente la ley migratoria, persiguiendo a los trabajadores migrantes y dando superpoderes al Estado y la policía.  Se planteó  también organizar una gran movilización.

 

Dos apostillas: en primer lugar, el local del Partido de  Pompeya, donde se realizó la charla, está a dos cuadras de la toma de AGR.  Cuando terminó la charla, cruzamos al campamento a bancar la ocupación. Como vienen haciendo las compañeras y compañeros del Polo Obrero desde hace tres semanas, cuando empezó el conflicto.

 

En segundo lugar, la mayor parte de los asistentes eran bolivianos. Es decir, migrantes. La mayoría eran, a su vez, mujeres. Mujeres y migrantes fueron también los protagonistas, estos días, de las gigantescas movilizaciones en Estados Unidos.

 

La discusión y los planes siguieron, entre rondas de mate. Macri y Trump construyen muros y promulgan decretos fascistoides. Nosotros respondemos: viva la unión internacional de la clase obrera.