¿Por qué los trabajadores de plataforma tenemos que impulsar una II Conferencia Latinoamericana y de los EE.UU.?

Convocada por el Frente de Izquierda - Unidad.

Agrupación de Trabajadores de Reparto (ATR)

La rápida extensión en todo el globo de la llamada economía de plataformas llevó a un nuevo avance de la flexibilidad laboral a manos del gran capital. Lejos de quedarnos atrás, los trabajadores comenzamos a reaccionar y reagruparnos en función de poner un coto a este retroceso, comenzando por la batalla elemental para quebrar el desconocimiento de la relación laboral. En este marco ¿qué utilidad presenta la propuesta del Partido Obrero de Argentina de organizar una Conferencia de trabajadores de América Latina y EE.UU.?

El trabajo de plataforma en tiempos de crisis, pandemia y rebeliones populares

La particular modalidad de explotación de las empresas de aplicaciones se inscribe sin duda en la tentativa de la clase capitalista de cada país de avanzar en una reforma laboral, esto es, liquidar las históricas conquistas de la clase obrera a lo largo de siglo y medio de lucha. Las alusiones a esquemas “rígidos” o “anticuados” de empleo y sindicalización, son la invitación a los gobiernos a eliminar límites a la jornada laboral, al despido, a atar el salario a la productividad, a vaciar la seguridad social, a imponer acuerdos por empresa o incluso individuales, etc. Es lo que ya describe la realidad de millones de trabajadores precarizados o “en negro”, como decimos en Argentina, que han ido engrosando las filas de quienes quedan al margen del trabajo formal. En América Latina esta cifra asciende a 158 millones según la OIT (La República, 4/5).

La extensión masiva del teléfono móvil, originalmente como bien de consumo, hizo posible una nueva modalidad de alquilar y organizar la fuerza de trabajo, mucho más rendidora para la auto valorización del capital, emparentada con lo anterior. Se trata de una operación extraordinaria bajo el amparo de los regímenes políticos, independientemente del grado de regulación que exista, y que va ganando terreno en rubros económicos del sector servicios. La tendencia a depredar las condiciones laborales pega un salto en el punto más importante que es la liquidación del convenio colectivo como tal.

La pandemia hizo escalar los índices negativos de las economías latinoamericanas, profundizando un proceso de declive de hace al menos una década tras el desinfle de los precios de las materias primas y que no fue revertido por el rebote actual. Los gobiernos nacionalistas, todos, se paran frente a la burguesía y al imperialismo no para movilizar a los trabajadores contra el ajuste, la flexibilidad laboral, y la negación extorsiva de vacunas de los laboratorios privados, sino para ser ellos los ejecutores “confiables” de este mismo curso. Es que la derecha viene fracasando rotundamente en este objetivo, como lo demuestran las rebeliones que han tenido lugar en los últimos años en Haití, Ecuador, Chile, Bolivia, Perú, Paraguay, o Colombia contra los mandantes directos del imperialismo yanqui.

Para los trabajadores de apps, que podemos ver que el llamado “trabajo del futuro” es esta brutal realidad, donde no tenemos noción de cuál va a ser nuestro ingreso en la jornada laboral, donde la competencia nos lleva a dejar la vida en el trabajo, donde no sabemos si mañana nuestras cuentas pueden estar bloqueadas, tales procesos de lucha nos encuentran codo a codo con el resto de nuestra clase. Y en este proceso es importante remarcar nuestra propia experiencia diciéndole a nuestros compañeros: hay que luchar contra la derecha que dice abiertamente que solo puede haber una salida a la crisis capitalista con una reforma laboral, pero también contra el nacionalismo que se apoya en la burocracia de los sindicatos y también en la represión para ejecutar el ajuste y la entrega al imperialismo. Que es igual de responsable en la crisis social, de millones de pobres. Que en países como Venezuela llevaron a una catástrofe migratoria de la cual también se alimentan las multinacionales de las apps. Que como el peronismo en Argentina o el gobierno de López Obrador en México bloquean el reconocimiento laboral. Que protegen la propiedad de los laboratorios en plena crisis de vacunas.

La solidaridad internacional de los trabajadores de apps

En medio de una intensa actividad de lucha en distintos países, las organizaciones de trabajadores hemos estructurado instancias de coordinación internacional. Partiendo de diversas trayectorias, esta confluencia es la que ha permitido visualizar de forma nítida que nuestros intereses como clase son comunes en todo el mundo, en oposición a la burguesía. La organización internacional para luchar, haciendo nuestra la mejor tradición del movimiento obrero, dio como resultado la puesta en pie de cuatro paros internacionales en 2020, en una vía que apostamos a retomar en lo inmediato puesto que todavía no hemos superado los desafíos que nos habíamos planteado.

Esto es elemental, porque cuando se relaja la organización internacional, la presión del Estado sobre nuestras organizaciones se agudiza. La burocracia de las centrales aparece promoviendo regulaciones pactadas con el poder político, intentando de esa forma meter la cuchara en el movimiento y paralizarlo. Lejos de un aporte al movimiento, la presencia o acompañamiento de la tan repudiada burocracia sindical por los trabajadores, es un factor desmoralizante para un movimiento que está dando apenas pasos en la gigantesca lucha que se plantea, y contra la presión antisindical de la clase capitalista, como demostró la derrota en Amazon.

La necesidad de una perspectiva política

La Conferencia Latinoamericana y de los EEUU que convocó el Frente de Izquierda Unidad a mediados de 2020 fue un enorme aporte al debate sobre cómo superar definitivamente a este régimen social. A la tendencia inherente del capital y sus gobiernos a destruir las conquistas laborales, es importante no solo oponer la lucha, sino la construcción de una organización política de la clase obrera que luche por el poder, un partido. El Frente de Izquierda en Argentina es una coalición que tiene la autoridad para convocar una conferencia abierta a los trabajadores, porque a diferencia de otros armados que se han disuelto en variantes progresistas o nacionalistas, no ha entregado su independencia política.

La pandemia hizo crecer los índices de pobreza e informalidad laboral. También creció la desocupación, pero contradictoriamente se amplió el número de personas empleadas en las apps. El modelo Uber, Rappi, Ifood y Pedidos Ya es visto por todos los gobiernos como un factor de contención a la miseria. La falsa autonomía o libertad, no es otra cosa que empujar a la juventud a conformarse con trabajos precarios y flexibles, con ingresos promedio de dos dólares por hora. Es necesario convertir este potencial en una fuerza potente de lucha contra el régimen, a tono con las rebeliones que sacuden el continente.

En este marco, llamamos a todas las agrupaciones, colectivos y sindicatos antiburocráticos de trabajadores de plataforma a pronunciarse por una segunda Conferencia de América Latina y los EE.UU. convocada por el FIT-U.