“Por un plan de acción internacional”

Informe de Jorge Altamira en la reunión internacional por la refundación de la IVª Internacional

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Osvaldo Coggiola: Están presentes 49 compañeros pertenecientes a 16 organizaciones de 13 países. 31 de estos compañeros pertenecen a las organizaciones convocantes y otros 18 participan como invitados u observadores.

El temario propuesto tiene un único punto: la situación política mundial y las tareas para la refundación de la IVª Internacional.

El informe inicial estará a cargo del compañero Jorge Altamira, del Partido Obrero.


 


Jorge Altamira: Aunque ya nos hemos visto en el Congreso del Partido Obrero, en nombre del Partido Obrero y de las organizaciones convocantes les doy la bienvenida a todos los compañeros presentes.


Las organizaciones presentes en esta reunión nos basamos en la plataforma aprobada en l a reunión de Génova en 1997; hay también un conjunto de personalidades y organizaciones invitadas. Nuestra aspiración es que, mediante un debate político profundo, esas personalidades y esas organizaciones se incorporen a la lucha por la refundación de la IVª Internacional, en base al texto aprobado en Génova.


El desenvolvimiento de la crisis mundial


Somos concientes de que ante la gran crisis del movimiento obrero internacional, las expresiones de lucha por la reconstrucción de una dirección tenderán a manifestarse de formas diversas y desiguales. Así como hay organizaciones que combaten por esa causa, hay hombres y mujeres que, desde una cátedra universitaria o desde una revista, tratan de defender las conclusiones del marxismo revolucionario frente a los problemas de nuestra época. El hecho de que se trate de una actividad circunscripta no quita que los consideremos militantes revolucionarios que intentan superar la crisis de dirección del proletariado internacional.


La reunión se realiza en un momento en que la crisis económica y política en la Argentina marcha hacia su apogeo. Las radios de Buenos Aires de esta mañana han transmitido un mensaje de tono apocalíptico. Los medios financieros dicen temer lo peor de las medidas que el gobierno anunciará a mediodía. De todos modos, esas medidas de ataque a los trabajadores serán inútiles para resolver los problemas económicos capitalistas; sólo servirán para que, después de la manifestación del miércoles, se declare una huelga general la semana próxima.


Las circunstancias han querido que ustedes estuvieran presentes en momentos en que tiene lugar un intenso proceso político en Argentina, que es una manifestación del proceso mundial.


El PO presenta un informe a esta reunión para introducir al debate, pero no lo presenta a la votación directamente. Pensamos que, como consecuencia del debate, de las contribuciones y generalizaciones de los compañeros presentes, debemos redactar un documento inclusivo, que desenvuelva con mayor agudeza la experiencia de la vanguardia revolucionaria aquí reunida.


El conjunto del informe confirma el acierto de las resoluciones adoptadas en Génova. En aquel documento muy breve, realizamos una caracterización de la situación histórica del actual momento mundial que justifica la lucha por refundar inmediatamente la IVª Internacional y procedimos a efectuar una delimitación política de la vanguardia revolucionaria respecto de las tendencias que reflejan la presión de las clases hostiles a la revolución proletaria.


Estas caracterizaciones y estas delimitaciones se han precisado y se han agudizado, mostrando la solidez de la base sobre la cual iniciamos nuestra lucha.


Para encarar el momento actual, debemos responder una pregunta: ¿La enorme crisis asiática de 1997, con sus repercusiones en Rusia en 1998 y en Brasil en 1999 y, más importante, la amenaza de quiebra generalizada en los Estados Unidos con el hundimiento del LTCM, ha sido superada o, por el contrario, se ha convertido en un factor de aceleración y de extensión de la crisis mundial?


Nuestra respuesta es que se ha convertido en un factor de aceleración y de extensión de la crisis mundial.


No tomamos caprichosamente como referencia a la Bolsa de Nueva York, pues ésta se ha co nvertido en epicentro de una crisis del conjunto del proceso económico y político mundial.


Las radios de hoy a la mañana, en especial las que referían los comentarios de los banqueros, advertían que lo que condena al fracaso la política económica del gobierno argentino es el agravamiento de la crisis mundial.


Como consecuencia del nuevo derrumbe de Wall Street, de las amenazas que esto presenta contra el dólar y de las alzas de tasas de interés de la Reserva Federal para hacer frente a esta situación, las medidas de la Alianza no disipan la amenaza de que la Argentina entre en cesación de pagos. La Argentina debe pagar 20.000 millones este año, lo que sólo sería posible con el ingreso de nuevos capitales; pero con las nuevas medidas, no hay nada que incentive a los capitalistas a refinanciar la deuda argentina.


Los comentarios cada vez mayores de que Argentina abandonaría el peso para adoptar el dólar son una señal de que el gobierno prepara a la opinión pública para un drástico cambio en la situación. La dolarización provocará un levantamiento popular. En las condiciones de la crisis mundial, la adopción del dólar se realizará en las peores circunstancias: una economía que se desangra va a adoptar la dirección monetaria de un país que ha elegido la deflación.


No hay todavía un estudio marxista de la crisis financiera mundial. No hay un trabajo que explique el papel de la Bolsa de Nueva York en la crisis. La enorme burbuja de Wall Street es la consecuencia del proceso de la crisis mundial. Para tomar una fecha, digamos 1982, con la crisis de la deuda externa de los países latinoamericanos, el capitalismo mundial combinó una política de empujar a la quiebra a los sectores con menos posibilidades en el mercado mundial con una política de rescate de los sectores más monopolizados de la burguesía mundial. El rescate de América Latina en 1982 significó la completa extranjerización de su banca.


Se ha tratado de evitar que la crisis produjese una traumática depuración económica capitalista, lo que hubiera significado retirar del mercado la mitad del capital existente, porque, en condiciones de saturación de la economía mundial, no estaba en condiciones de obtener un beneficio medio.


El Estado ha intervenido para financiar esa salida; las políticas monetarias se volvieron expansivas. Pero una mayor liquidez, en condiciones de sobreproducción mundial y de crisis de la tasa de beneficio, dio lugar a un enorme proceso especulativo.


La especulación en la Bolsa de Nueva York representa una política para dotar al capital norteamericano de la capacidad de confiscación económica de sus rivales. Las fusiones de empresas no se realizan con dinero sino mediante el intercambio de acciones sobrevalorizadas, lo que significa un premio para el comprador. Este adquiere capital productivo con dinero sobrevalorizado (las acciones). La especulación ha sido un instrumento de la burguesía norteamericana contra las burguesías rivales en el mercado mundial.


Las fusiones y adquisiciones son el resultado más importante de la especulación; pero no han producido la necesaria reestructuración que reclama la crisis porque no destruyeron todo el capital productivo excedente. Por eso, los medios financieros dicen que las fusiones y adquisiciones han fracasado.


El Financial Times denuncia ahora la grave situación en que se encuentra el pulpo inglés Vodafone. Pero hace dos meses, Vodafone era la vanguardia del capital financiero internacional al adquirir a la alemana Manesmann. Ahora no se sabe si Vodafone podrá subsistir.


Otro ejemplo es la situación de la Coca-Cola. Hace unos años, una publicidad afirmaba que Coca-Cola había conquistado el mundo. Pero ahora la crisis mundial se come a Coca-Cola.


El carácter ficticio de esta reestructuración se pone al descubierto en Japón, que sufre una depresión económica desde hace diez años porque la burguesía japonesa no quiso liquidarse a sí misma, no quiso sacar del mercado a los bancos y las empresas que hacía falta sacar frente a la caída de la tasa de beneficio, lo que además hubiera implicado dejar el mercado mundial en manos de los Estados Unidos.


El rescate de las empresas significó que Japón acumulara una deuda pública del 250% de su PBI; en diez años, tenemos, además de la bancarrota privada, la del Estado japonés. Esta deuda sólo podría ser rescata con el retiro del capital japonés en distintos países y en particular en Estados Unidos, acelerando la caída de Wall Street.


Wall Street fue el centro nervioso de una reestructuración capitalista que hoy está en una impasse. El inicio de la tendencia a la caída de la Bolsa de Nueva York es una manifestación de este fracaso. La lucha interimperialista se volverá más dura, con choques entre los estados (incluso choques militares).


La crisis en Asia no se ha resuelto; basta ver la Bolsa de Seúl. En el último trimestre, el PBI coreano creció el 12%, lo que llevó a decir que la crisis había sido “superada”. El crecimiento del PBI obedeció al crecimiento de las exportaciones favorecidas por la devaluación del won, y a la admisión de un beneficio menor por parte de los capitales coreanos, que sólo cubriera el capital circulante. Pero esto potenció la tendencias deflacionarias internacionales. La salida que cada economía busca para sí es un factor de crisis de la economía mundial.


El PBI coreano creció pero Hyundai y Daewoo, los dos baluartes del capitalismo coreano, están quebrados, y los monopolios norteamericanos compiten por quedarse con ellos.


La propaganda afirma que la Reserva Federal aumenta las tasas de interés por temor al “recalentamiento” de la economía. No es cierto. Estados Unidos tiene el mayor déficit comercial de su historia, lo que significa que la demanda corriente norteamericana supera a la producción interna. La demanda interna norteamericana está incentivada por las ganancias especulativas en la Bolsa; existe un endeudamiento sin precedentes. Una caída de la Bolsa liquidaría los activos en poder de las familias (cuya deuda es del 150% de sus ingresos). Es el temor a esta quiebra potencial lo que lleva a aumentar la tasa de interés, que pretende atenuar la especulación.


No hay que caricaturizar. La caída de la Bolsa no indica la inminencia de la revolución. Pero el proceso de la especulación financiera y bursátil es una expresión concentrada de la sobre-madurez del capitalismo mundial, que es, en última instancia, el factor que explica la crisis social, las crisis políticas, los derrumbes, las guerras y las revoluciones. Se integra dentro de una perspectiva.


La Reserva Federal no está preocupada por el “recalentamiento” de la economía sino por el destino del dólar, que sería pulverizado por una crisis bursátil. El dólar es el ancla de la economía mundial. Desde la crisis Nixon, de 1971, el sistema monetario mundial es una boya flotante, no un ancla firme, lo que constituye un motivo de aceleración de la crisis. En última instancia, el sistema monetario mundial reposa en la capacidad del gobierno norteamericano para imponer el orden, en un entrelazamiento de la economía y la política mundiales que no tiene nada que ver con la mencionada globalización sino con la tendencia del capitalismo a su propia disolución.


La crisis europea o la larga depresión del Japón son problemas de la economía mundial. En la década del ‘50, la economía mundial salvó al Japón; hoy es la soga que lo tira al fondo.


La lucha interimperialista se manifiesta en el acuerdo entre Japón y otros países de Asia, con la oposición de Estados Unidos. Otra manifestación es la crisis europea.


La crisis en Europa y América Latina


La Unión Europea no son los Estados Unidos de Europa; es un directorio de las burguesías de los estados nacionales más fuertes. El Consejo Europeo, la federación de los principales países de Europa, ha bloqueado el ingreso de Europa del Este; bloquearon así la única salida que, según ellos mismos, tenían los países de Europa del Este. Se prepara, entonces, una crisis gigantesca.


Alemania propone un directorio más restringido y entonces Chevenemment, un ministro francés, declara que “los alemanes no han dejado de ser nazis porque siguen queriendo dominar Europa”.


La crisis europea destruye en forma completa todas las pavadas que se han escrito acerca de “una Europa democrática”. Jamás estuvo planteado que la Unión Europea se convirtiera en una “Europa democrática” sino en una Europa opresiva, confiscatoria y belicista. Es una conclusión importante para quienes luchan por la reconstrucción de la IVª Internacional tanto en Europa como en Estados Unidos.


Llamamos la atención sobre ciertos fenómenos. La destrucción de Africa es una expresión espantosa de la crisis mundial. La lucha en el mercado mundial de diamantes está provocando matanzas en Sierra Leona, en Congo y en Angola. Es una lucha entre distintos polos del mercado mundial de diamantes, entre Amberes y Tel Aviv, aunque uno y otro estén dominados por la misma derecha judía, religiosa y oscurantista.


Otra expresión es América Latina. Ayer hubo elecciones en Perú; naturalmente ganó Fujimori, pero en la Plaza San Martín tuvo lugar la mayor manifestación de masas de la historia de Perú.


En Ecuador hubo un levantamiento popular. Allí se ensayó la “nueva arquitectura financiera mundial”, para hacer compartir la crisis a acreedores y deudores. El FMI aceptó que Ecuador no pagara su deuda externa: hoy Ecuador está en bancarrota y el FMI no pudo arbitrar en esa bancarrota. El sueño del ultraimperialismo de Kautsky cruzó por la cabeza del FMI y llevó a la destrucción de Ecuador. Hoy Ecuador está en las vísperas de un nuevo levantamiento de masas porque la “dolarización” lleva ahora a medidas más extremas, como el aumento del combustible, en un 70%, que se anuncia para los próximos días.


Veamos el caso de Colombia. Desde afuera parece que hay una guerrilla muy popular que discute un plan de paz con el gobierno. Pero la moneda se devalúa; las leyes no pasan la Legislatura; el gobierno no controla a los militares; los yankis no controlan al gobierno, y nadie controla a los paramilitares. La guerrilla quiere negociar, pero se pregunta: “¿Con quién?”. La visita del presidente de la Bolsa de Wall Street a la selva colombiana para discutir con ‘Tirofijo’ es la mayor demostración de la disolución del Estado colombiano.


Estados Unidos prepara una intervención militar en Colombia. Pero ya no estamos en la situación de los ‘60, cuando Estados Unidos lanzó su ofensiva contra Cuba, y para ello lanzó una serie de golpes militares en Argentina, en Brasil, en Bolivia, con la expectativa de que esos gobiernos militares sirvieran de base para la lucha contra Cuba. Pero, ¿quién va a dar un golpe militar hoy en Argentina? Si alguien lo hiciera, lo más probable es que el ejército fuera desarmado por el pueblo.


La dictadura militar brasileña tuvo que enfrentar a las Ligas Agrarias. Pero esas Ligas Agrarias eran un poroto al lado del Movimiento de los Sin Tierra de hoy, que moviliza a millones. Ahora, son el gobierno de Cardoso y el PT de Lula los que están creando organizaciones agrarias paralelas para acabar con el MST.


En Brasil, el gobierno de Cardoso ha entregado tierras, lo que significa que debería haber menos trabajadores ” sin tierra”. Pero la crisis agrícola brasileña expulsa trabajadores y pequeños propietarios, creando continuamente nuevos “sin tierra”. La cuestión de la tierra no tiene solución en el marco capitalista sino que plantea la dictadura del proletariado en Brasil.


Cardoso enfrenta una situación difícil. Necesita devaluar para mantener la economía en movimiento pero eso eleva la deuda pública y la deuda interna, además de producir la destrucción del Mercosur (Argentina dolariza; Brasil devalúa).


Veamos el caso de Bolivia. Los bolivianos se levantaron por el agua. Pero recientemente, The Economist sacó un artículo reclamando la privatización del agua en todo el mundo. Es decir que Cochabamba es la vanguardia de la lucha mundial contra la privatización del agua.


El izquierdismo democrático es contrarrevolucionario


Se podrá decir que estoy cargando las tintas, pero no se trata de eso. En una reunión del SU no escucharán estos planteos sino consideraciones infinitas sobre todos los mecanismos eventuales con que contará el capitalismo para seguir hasta la eternidad. Ellos no quieren perder sus cargos de diputados, sus intendencias y sus gobernaciones. Nosotros somos el partido de las masas explotadas y oprimidas. Las tintas que se cargan o que se diluyen corresponden a diferentes métodos de análisis.


No podemos obviar este análisis al caracterizar las tendencias políticas. En Argentina, mucha gente piensa, por ejemplo, que IU y PO son parecidos. Lo sorprendente, en realidad, es la cantidad de gente que ya se dio cuenta de lo contrario.


No hay mejor ejemplo de las diferencias que lo que sucedió en la TV el 25 de mayo. La televisión transmitió el inicio del Congreso del PO donde saludaba a los piqueteros de Salta, a los piqueteros de Neuquén, a los desocupados de San Lorenzo, que estaban presentes como delegados del PO en el Congreso del PO. Apenas concluye la trasmisión del congreso del PO, pasan un reportaje a Vilma Ripoll, diputada morenista. Consultada sobre la movilización que tendría lugar el 31 de mayo, Ripoll saluda a la Iglesia argentina por apoyar la movilización y dice que la felicita por ser consecuente con los llamados del Papa a luchar contra el FMI. Unos destacamos a los piqueteros; otros, al Vaticano.


En estas circunstancias, tenemos que construir una dirección. La centroizquierda juega un papel contrarrevolucionario cada vez más conciente. La crisis latinoamericana está obligando al Foro de San Pablo a jugar un papel fundamental. El Frente Amplio, el Farabundo Martí de El Salvador, la IU de Perú, el PS y el PC de Chile, el PT de Brasil ya juegan un papel como elementos poderosos de colaboración de clases.


¿Quién atacó las ocupaciones de edificios públicos por los campesinos sin tierra? Lula, Mercadante, la bancada del PT. ¿Quién criticó en una solicitada la huelga de los docentes de Rio Grande do Sul? El PT y el SU brasileño. ¿Quién plantea que el FA sólo llegará al gobierno si se alía con los blancos o con los colorados? Mujica, de los tupamaros.


“La izquierda no tiene que construir un partido en América Latina sino un movimiento pluralista”, dice el documento del Foro de San Pablo aprobado en Porto Alegre. Bajo ese paraguas, se destruyen los elementos más avanzados de la clase obrera. ¿Quién ganó con el “pluralismo”? Tabaré Vázquez y Asamblea Uruguay (Astori), mientras que el PCU, que durante años fue la columna vertebral del FA, ha quedado destruido; no sacó nada en las últimas elecciones. Cuando la crisis motiva a las masas a buscar una salida, el Foro de San Pablo le dice a las masas que la salida es el capitalismo.


La lucha del PO contra el movimientismo ha sido desarrollada en otros Congresos. En la propia campaña electoral, donde se supone que un partido se dirige a la masas más amplias, IU armó una campaña que denunciaba al PO porque “quiere construir un partido; no quiere sumarse al movimientismo difuso de toda la izquierda, es egocéntrico, se cree el ombligo del mundo”.


El movimientismo es un factor poderoso de confusión política. Reemplaza la discusión política por el pluralismo, o sea que las tendencias deben convivir sin molestarse. Esto no es democracia, que equivale a la discusión de las divergencias, sino atraso, porque busca frenar la evolución política de las masas.


También lo es el derrumbe del centroizquierdismo en Europa. Se derrumbó, digamos, la socialdemocracia austríaca y subió Haider. Retrocede a todo vapor en Italia; en España gana Aznar. Lo mismo sucede en Argentina. La UCR está en crisis; ni qué decir del Frepaso. La izquierda pasó en cuatro meses del 5% al 11% de los votos.


Un plan de acción para refundar la IVª Internacional


No somos objetivistas; somos un partido de acción. Pero hay que tener una caracterización objetiva para pasar a la acción.


En las elecciones, adaptamos nuestro programa para hacerlo comprensible a las masas, para explicar la salida del proletariado a la crisis. No repetimos el Programa de Transición; lo adaptamos. Fue un acierto descomunal, porque nos dio claridad para enfrentar la inquietud del electorado explotado.


Necesitamos un gran aporte de los compañeros extranjeros para hacer un documento inclusivo que dé cuenta de las diferentes situaciones, en el cuadro de la unidad política del documento. Las divergencias pueden destruir un movimiento o fortalecerlo. Nuestras diferencias son la expresión del movimiento desigual de la crisis, de la lucha y de la conciencia. Si entre todos pudiéramos hacer este documento en apenas cinco días, sería un milagro. Nos conformamos con dar pasos en esa dirección.


En las vísperas de los grandes acontecimientos, se presentan apreciaciones muy contradictorias de la situación. Hay una historia del Partido Bolchevique de Zinoviev que es muy interesante en este sentido, porque relata que en las vísperas de la revolución de 1905, la clase media y la intelectualidad estaban deprimidas; Lenín, por el contrario estaba eufórico, porque veía que se venía 1905 en el crecimiento de las organizaciones obreras en San Petersburgo y Moscú, a pesar de que a una la dirigía un cura, a la otra un policía. Mientras que los intelectuales llamaban a presionar a la burguesía, Lenin llamaba a una acción independiente de los trabajadores


Existe en Argentina una gran radicalización política pero en especial de las opciones que tienen que enfrentar los trabajadores. La radicalización de las opciones en la realidad se refracta sobre las cabezas de los trabajadores y de aquí se marcha a una comprensión. Unos días o semanas más tarde aparece esa comprensión.


Con este informe intento conciliar dialécticamente las diferencias en el movimiento, es de cir superarlas, para llegar a una carcterización de conjunto. Porque sin esa caracterización no hay programa; sin programa no hay sujeto; sin sujeto no hay conciencia, y sin esto no hay profundización del programa, de la caracterización y de la acción conciente.