Putin vs. Jodorkovsky

El Departamento de Estado norteamericano protestó por la detención del oligarca ruso Jodorkovsky. Sin embargo, tanto los medios occidentales como los rusos califican la reacción de la cancillería norteamericana como “una protesta más formal que sustancial” (The Moscow Times. 6/11). Es que el gobierno norteamericano está profundamente dividido acerca de la política a adoptar frente a Putin y Rusia.


Los llamados “neoconservadores”, encabezados por Rumsfeld y Cheney, apoyan a Jodorkovsky; Richard Perle reclama “castigar a Putin” excluyendo a Rusia de la próxima reunión del G8 que debe realizarse en Estados Unidos.


Aunque los “neoconservadores” tienen importantes posiciones en el gabinete lia vicepresidencia, el Pentágono, el Consejo de Seguridad Nacional), la corriente política principal -que responde a los intereses de las petroleras y los bancos que las financian- es partidaria de apoyar a Putin .


“Un prominente accionista de la Exxon-Mobil (que estaba negociado con Jodorkovsky la compra de una parte del paquete accionario de la Yukos) anunció públicamente su apoyo a las medidas de Putin. ‘Cuanto más rápido tipos como Jodorkovsky salgan de la escena, mejor para Rusia. Si ello ocurre, las inversiones en Rusia serán mucho más atractivas para empresas como Exxon, Shell y Chevron’…’ (Stratfor, 31/10).


Pocos días después, en una conferencia petrolera realizada en Londres, el presidente de la Exxon declaró que su empresa “dará prioridad a las negociaciones políticas más que a los contactos directos con los oligarcas y privilegiará las asociaciones sobre la participación directa en las empresas rusas (…) Toda compra de acciones de una compañía petrolera rusa debe ser directamente negociada con el gobierno de Putin y el Kremlin, antes que con los oligarcas” (Le Monde. 6/11). Los “modelos’’ son la asociación de la propia Exxon con la estatal rusa Rusnefl para explotar los campos siberianos de Sajalín 1 o, también, la compra por la británica British Petroleum de la petrolera rusa TNK, negociada directamente con el gobierno de Putin. Para empresas como la Exxon, el acceso al petróleo ruso es vital ya que sus reservas de crudo se encuentran en un punto muy bajo y “la presión de los mercados bursátiles para que las compañías aumenten sus reservas son muy fuertes” (ídem).


De un lado, el lobby armamentista, del otro el petrolero; ambos puntales del gobierno de Bush. El ‘affaire Jodorkovsky’ se ha convertido en otro componente de la crisis política norteamericana.