Internacionales
24/2/2000|655
Quien ataca a Internet
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En lo que fue unánimemente calificado como “el mayor ataque de la historia de Internet” {Financial Times, 12/2), varios grupos de ‘piratas informáticos’ {‘hackers’) pusieron fuera de funcionamiento, mediante una acción coordinada, a los más importantes ‘portales’ (ingresos) a la red.
Las víctimas fueron Yahoo!, e-Bay, Buy.com, Amazon y la CNN, los grandes monopolios que dominan la red y el comercio electrónico. Conclusión: “si algunos de los mayores, más seguros y sofisticados ‘sitios’ pueden ser puestos fuera de funcionamiento por los ‘hackers’, entonces no existe ningún ‘sitio’ invulnerable” (ídem).
Pero además del ataque a los ‘portales’ -verdaderos ‘supermercados electrónicos’— los ‘piratas’ robaron los números de 15.000 tarjetas de crédito.
Se afirma que los responsables del ataque serían “románticos” o “anarquistas” que repudian la monopolización de la red por un puñado de grandes compañías “que han convertido a los usuarios en consumidores” {The New York Times, 12/2). Esto, sin embargo, es poco probable ya que, como explica un especialista en seguridad informática, “son necesarios grupos de individuos o una organización con recursos significativos para montar la clase de ataques vistos en los últimos días” {Financial Times, 10/2).
Lo ocurrido con la EuroMTS, el mayor sistema electrónico europeo de compra-venta de títulos de deuda pública, podría ser una pista, pues allí dos bancos asociados ‘bombardearon’ el sistema con propuestas de compras a precios falsos en
lo que fue unánimemente calificado como “el mayor ataque de la historia de Internet” {Financial Times, 12/2), varios grupos de ‘piratas informáticos’ {‘hackers’) pusieron fuera de funcionamiento, mediante una acción coordinada, a los más importantes ‘portales’ (ingresos) a la red.
Las víctimas fueron Yahoo!, e-Bay, Buy.com, Amazon y la CNN, los grandes monopolios que dominan la red y el comercio electrónico. Conclusión: “si algunos de los mayores, más seguros y sofisticados ‘sitios’ pueden ser puestos fuera de funcionamiento por los ‘hackers’, entonces no existe ningún ‘sitio’ invulnerable” (ídem).
Pero además del ataque a los ‘portales’ -verdaderos ‘supermercados electrónicos’— los ‘piratas’ robaron los números de 15.000 tarjetas de crédito.
Se afirma que los responsables del ataque serían “románticos” o “anarquistas” que repudian la monopolización de la red por un puñado de grandes compañías “que han convertido a los usuarios en consumidores” {The New York Times, 12/2). Esto, sin embargo, es poco probable ya que, como explica un especialista en seguridad informática, “son necesarios grupos de individuos o una organización con recursos significativos para montar la clase de ataques vistos en los últimos días” {Financial Times, 10/2).
Lo ocurrido con la EuroMTS, el mayor sistema electrónico europeo de compra-venta de títulos de deuda pública, podría ser una pista, pues allí dos bancos asociados ‘bombardearon’ el sistema con propuestas de compras a precios falsos en
un aparente intento de poner a la red fuera de funcionamiento. “Estos bancos, dice un diario financiero, se comportaron como ‘piratas’..” (ídem, 12/2). Recientemente, “el puñado de compañías que dominan los mayores mercados financieros del mundo y que nunca habían soñado colaborar unas con otras (Merrill Lynch, JP Morgan, etc.) formaron un consorcio para protegerse de sus rivales online” (ídem, 16/2). ¿La lucha brutal por mercados de billones de dólares no es motivo suficiente para que los bancos “se comporten como hackers”?
Otra hipótesis es que el ataque haya sido obra de los propios pulpos del comercio electrónico. Estos grupos reclaman mayores restricciones en el manejo de la red, con lo que estarían en condiciones de imponer una mayor monopolización. Precisamente, la conmoción por el ataque “podría crear el ambiente político en el cual podrían ser impuestas nuevas regulaciones en nombre de la seguridad informática” (ídem, 12/2).
Ya sea un caso u otro, el incidente revela la mortal competencia por la monopolización del comercio electrónico.
Tanto o más importante son las consecuencias, efectivas y potenciales, del ataque.
“Alarma de Clinton, terror en Wall Street”, tituló un diario italiano (Corriere della Sera, 10/2).
La ‘alarma’ del gobierno norteamericano dio lugar a la asignación de “240 millones de dólares para expandir las posibilidades gubernamentales a intervenir las comunicaciones electrónicas” (The Guardian, reproducido por Página 12, 16/2). Comentando esta información, el mismo periodista señala que “… habrá algo parecido al complejo militar- industrial. Sólo que esta vez será comercio electrónico y gobierno. Es suficiente para que cualquiera se vuelva paranoico” (ídem). El Estado norteamericano se valió del incidente para fortalecer su capacidad de espionaje y para limitar todavía más los derechos democráticos.
El “pánico” de Wall Street, por su parte, está justificado. “Hay un riesgo aterrador: si el comercio de Internet resulta ser vulnerable a cualquier vándalo, los inversores sacarán su dinero y lo pondrán en un lugar más seguro” (ídem). Con esto, terminaría la ‘fiebre’ que ha llevado las acciones de Internet a valores estratosféricos.
Lo que aterra a Wall Street es, justamente, que se termine esa ‘fiebre’: la ‘burbuja Internet’ ha sostenido el ciclo alcista de la Bolsa de Nueva York en los últimos años. Si cae la Bolsa, caen también los bancos, cuyos ingresos provienen crecientemente de la especulación bursátil (mientras sus negocios bancarios propiamente dichos retroceden). Con el ataque, los especuladores vieron el borde del abismo.
Lucha intermonopólica, fragilidad financiera, regimentación y represión estatal: lo ocurrido alrededor del ataque a los ‘portales’ es una ‘pintura’ de la crisis capitalista.