Refundar la IVa Internacional: la respuesta revolucionaria a la crisis capitalista

Una respuesta a Lutte Ouvrière

Hemos recibido vuestra respuesta a nuestra propuesta para desarrollar una campaña por la refundación inmediata de la IVª Internacional. Nos felicitamos por ello, porque consideramos que es una base suficiente para iniciar un debate que clarifique nuestras respectivas posiciones y nuestras diferencias metodológicas.


Nuestra propuesta no representa, como ustedes consideran, una nueva tentativa de reunificar, sobre una base genérica, a las corrientes que se reclaman del trotskismo fuera del SU. Nuestro punto de partida no es el debate abstracto sobre las ideas, con una finalidad puramente organizativa, sino la situación concreta de la lucha de clases internacional y las tareas históricas que ésta exige de los revolucionarios.


Nos parece evidente el desarrollo a escala mundial de dos fenómenos que están ligados, que deben ser el centro de atención de los revolucionarios. Por un lado, asistimos al agravamiento de los elementos de crisis mundial del capitalismo internacional. La crisis bolsística financiera de estas últimas semanas es la expresión evidente de las contradicciones que existen, y expresa también el fracaso del intento imperialista de resolverla a través del proceso de restauración capitalista en la ex-URSS, en los países del Este europeo, en China, Indochina y en Cuba. Es lógico prever un agravamiento de la crisis social mundial provocada por el mantenimiento del modo de producción capitalista. Las masas en todo el mundo pagarán las consecuencias.


Por otro lado, estamos asistiendo en los últimos años, al inicio de un giro de la lucha de clases a nivel internacional. Las movilizaciones de masas que bloquearon los planes del gobierno Juppe en Francia, en 1995; el desarrollo del proceso revolucionario en Albania; las grandes luchas que ha protagonizado el joven proletariado coreano; la radicalización de los conflictos sociales en la Argentina; todo esto demuestra que las masas, en sus movilizaciones, buscan, de forma confusa, una respuesta alternativa al dominio del imperialismo y del capitalismo. Una respuesta que sólo los marxistas revolucionarios organizados en un partido mundial pueden ser capaces de ofrecer de forma coherente. Esto se da en los últimos años en un cuadro de profunda crisis de las direcciones tradicionales del movimiento obrero y antiimperialista, que abre un marco más amplio para nuestro proyecto de construcción de una dirección revolucionaria.


Ustedes defienden que las diferencias históricas entre las diferentes organizaciones que se reclaman del trotskismo son muy profundas, y advierten que éstas sólo podrán ser superadas en una situación de ascenso de las luchas revolucionarias a nivel internacional. Nosotros, por el contrario, consideramos que esa metodología es errónea. Los momentos de auge de la lucha de clases, lejos de ayudar a superar esas diferencias, pueden agravarlas si los revolucionarios, antes, no han sido capaces de prepararse políticamente para ello. Lenin, Rosa Luxemburgo y los revolucionarios de su época no esperaron a que existieran las condiciones ideales para preparar las bases para la fundación de la IIIª Internacional. Trotsky no esperó a que se diera un momento de ascenso de la lucha de clases para fundar la IVª Internacional. Los revolucionarios no pueden esperar a que se den las condiciones que ellos desearían para llevar a cabo sus objetivos, sino que deben adelantarse a la situación y prepararse políticamente para responder a los retos que ésta exija.


Las cuatro bases de discusión para la Refundación de la IVª Internacional, defendidas por nuestra declaración, son un punto de partida para el debate. Somos conscientes de que existen diferencias entre las organizaciones que se reclaman del trotskismo. Sin embargo, consideramos que esas bases sirven como línea divisoria entre los revolucionarios y las organizaciones oportunistas que se han adaptado a las presiones de las viejas direcciones contrarrevolucionarias del movimiento obrero y antiimperialista.


Nuestro objetivo con el debate no es un acuerdo formal, y por lo tanto oportunista, como ustedes indican, sino la clarificación y la delimitación concretas a partir de la situación internacional, de las posiciones de las organizaciones que se reclaman de la IVª Internacional, y es en la medida en que se realice este debate cuando sabremos nuestra capacidad para luchar por un objetivo común.


Es a partir de este método y del análisis de la situación internacional que nosotros planteamos, por lo que consideramos que es de fundamental importancia la construcción de un Partido de la Revolución Mundial, que para nosotros sólo puede ser la IVª Internacional. La existencia o no de esta dirección revolucionaria será decisiva para que el destino de este nuevo período de auge de la lucha de clases y de crisis agudizada del capitalismo, termine con la victoria o derrota de la clase obrera mundial.


Es en este cuadro, en el que nosotros planteamos la delimitación con relación al Secretariado Unificado. No porque nuestro proyecto sea, como ustedes parecen entender, la unión de las diferentes organizaciones que se reclaman del trotskismo sobre “la base política real” de la condena del SU, sino porque en el momento en el que planteamos con fuerza la necesidad de la refundación de la IVª Internacional, sobre la base de los principios fundamentales, todos estamos obligados a delimitarnos con relación a la fuerza política que pretende ser la Internacional y que, por el contrario, a partir de esta pretensión, constituye un obstáculo en el camino para su refundación. Si el SU fuera la IVª Internacional, o pudiera ser reformada en este sentido, ¿para qué plantear el problema de la refundación de la IVª Internacional?


Por ese motivo, queda claro que el proyecto de refundación que la lucha de clases pone en el orden del día, implica necesariamente la derrota política del SU, como el principal instrumento histórico de destrucción, y no de construcción, de la Internacional. Naturalmente, esto no significa que no nos dirijamos con nuestro llamamiento, también, a los militantes y organizaciones del SU, para subrayarles la necesidad de la ruptura con la política y los métodos del SU, para invitarlos a formar parte en el proyecto de refundación sobre las bases de principios generales indicadas por la declaración de Génova (la misma configuración de los firmantes de esta declaración debería indicarles nuestra posición).


En realidad, un aspecto que ustedes no parecen tener en cuenta es que nuestra propuesta, por sus características, se dirige a la totalidad de la vanguardia obrera y revolucionaria mundial. Por lo tanto, si se refiere en primer lugar a las organizaciones que se reclaman del trotskismo, que organizan a una parte importante de esta vanguardia, el llamamiento se dirige a cada uno de los militantes de estas organizaciones, y fuera de éstas, a los cuadros y activistas revolucionarios del movimiento obrero, antiimperialista y popular a escala internacional. La Refundación de la IVª Internacional no es para nosotros una forma de resolver de forma organizativista las diferencias entre todas o algunas de las organizaciones que se reclaman del trotskismo, sino la respuesta a las tareas revolucionarias exigidas por el desarrollo de la lucha de clases y la crisis del capitalismo.


En su respuesta declaran que nuestra propuesta es demasiado general (aunque luego consideran que está dirigida a excluir al SU). Sin embargo, en ningún momento se definen sobre su contenido político. Creemos que una respuesta por su parte, en la que ustedes definieran su posición sobre cada uno de los cuatro puntos y sobre el contenido general de nuestra propuesta, ayudaría no sólo a la clarificación política, sino incluso al desarrollo de un debate y a posibles futuras colaboraciones.


Confiamos que, dada la importancia política de su organización entre la vanguardia del proletariado francés, ustedes estén dispuestos a asumir las tareas que la situación internacional requiere.


Esperando su respuesta, reciban los más fraternales saludos marxistas revolucionarios.