Renault: Reducción de costos y suicidios


Tres suicidios en cinco meses. O cinco, si se cuenta el último año y medio, todos en Technocentre, una gigantesca planta de Renault, situada en las afueras de París, donde 12.000 mecánicos, técnicos e ingenieros trabajan en el diseño de modelos. En octubre 2006, un ingeniero saltó al vacío desde un quinto piso. En enero, un técnico se ahogó en los lagos que embellecen la planta. En febrero, otro técnico se suicidó dejando una carta donde acusaba a la empresa. Su viuda dijo: "Mi marido sufría una presión enorme, se llevaba los asuntos a casa y se levantaba por la noche para trabajar, últimamente ya no podía dormir". Miles de trabajadores de Technocentre participaron en los funerales, denunciando el clima terrorista en la empresa. Recién entonces la fiscalía de Versalles decidió investigar las condiciones de trabajo, exclusivamente en las áreas donde actuaban los suicidas.


 


Reanult siempre se destacó por el trato brutal contra sus trabajadores, pero los ritmos de producción alcanzaron un nivel literalmente mortífero a partir de que la empresa impuso, con acuerdo sindical, el plan estratégico Contrato Renault 2009, que se propone diseñar 26 modelos antes de 2009 sin aumentar el personal ni los recursos. Technocentre es responsable de crear 19, a un ritmo de 6 por año, frente a los tres o cuatro que hacía hasta ahora.


 


Carlos Ghosn, apodado “cost killer” (asesino de costos), asumió la dirección de Renault en abril 2005, dejando en claro “que no le tiembla la mano a la hora de aplicar duros planes de contención de gastos” (Tendencias 21/nov 2005). Hoy enfrenta un juicio penal por maltrato y acoso moral contra una empleada que se quedó embarazada.


 


“Mientras la prensa francesa informa —con demora–un suicidio tras otro, Renault los achacó a cuestiones personales” y rechazó "que se relacionaran esas muertes con nuestra política de recursos humanos” (Mercado, 10/3). La empresa organizó una jornada de reflexión sobre manejo del stress y puso psicólogos a disposición del personal. Pero de bajar los ritmos de producción, nada. Ghosn dijo que “de ninguna manera se cuestiona el Contrato Renault 2009” y explicó que el refuerzo de la carga de trabajo se debe “al entorno ultracompetitivo en la industria automovilística en este momento” (El País, 4/3). Los beneficios de Renault cayeron en picada en 2006 por un descenso de las ventas, y ha decidido recuperarlos sobre la vida de sus trabajadores.


 


Las centrales sindicales —“que evitaron reaccionar” (Infobae, 27/2)– explicaron los suicidios por "el fuerte aumento de la carga de trabajo, la carrera contra los plazos y el desarrollo de una actividad cada vez más compleja” pero se limitaron a pedir una investigación independiente. La central sindical mayoritaria en la empresa, la CFDT, emitió un comunicado donde “solicita a la compañía que evalúe las condiciones de trabajo de sus empleados” y propone el fin de las oficinas compartidas por varias personas, multiplicar las reuniones para humanizar las relaciones de trabajo y ofrecer a los trabajadores cursos para gestionar el estrés (o sea cursos para bancarse mejor la explotación).


 


Cada año, entre 300 y 400 trabajadores se quitan la vida en Francia en su lugar de trabajo (Rebelión, 27/2). La burocracia debería recordar que el movimiento obrero francés es un fénix que siempre renace.