República Dominicana: ¡Fuera Mejía y el FMI!

Una impresionante huelga general de 48 horas paralizó totalmente la República Dominicana en reclamo de un aumento salarial de emergencia y la anulación de los ajustes fondomonetaristas del gobierno del centroizquierdista Mejía. En las manifestaciones que acompañaron la huelga, las consignas más coreadas fueron "Fuera Mejía" y "Fuera el FMI". La represión gubernamental – la detención de cien dirigentes sindicales y populares en los días previos a la huelga y el antecedente de los siete muertos en la huelga general de noviembre pasado – no pudo frenar la movilización.


Dominicana vive una extendida rebelión popular. "‘El pueblo no aguanta más’ avisan algunos pasquines callejeros", según el corresponsal de El País (29/1). La Iglesia le reclama al gobierno "correcciones para evitar el estallido popular" (ídem). Como en Argentina o en Bolivia, la causa de la rebelión popular es el colapso capitalista. La quiebra de los dos mayores bancos mandó a la economía dominicana a un "agujero negro". La fuga de divisas y las pérdidas ocasionadas por esta quiebra – más de 2.500 millones de dólares, más de la mitad del presupuesto nacional – vació en pocas semanas las reservas del país. Se desató entonces un demoledor proceso devaluatorio e inflacionario: en poco más de un mes el dólar se devaluó un 60% y en el mismo porcentaje aumentaron los alimentos y el transporte. El gobierno se encuentra negociando un "salvataje" con el FMI, que le exige un aumento del impuesto a los combustibles, es decir echar más leña a la caldera de la rebelión popular.


El blanco del odio popular es el presidente Mejía, un centroizquierdista fondomonetarista y privatizador que dividió al partido oficial para forzar su presentación a la reelección.


Crisis política, derrumbe económico, rebelión popular: la Dominicana es un espejo donde se mira toda América Latina.