Rusia: Los ‘comunistas’ privatizadores

Las elecciones a la cámara baja (Duma) del parlamento ruso no han deparado ninguna sorpresa. Como estaba pronosticado, el Partido Comunista de la Federación Rusa (PCFR) obtuvo más del 20% de los votos y más del 40% de las bancas en disputa. Con su aliado, el Partido Agrario —el partido de los jefes de los koljoses, arañará la mayoría en la nueva Duma. En segundo lugar, pero con un marcado retroceso respecto de las últimas elecciones, se ubicó el fascista Zhirinovsky. Tercero fue el partido de Grigori Yavlinski, ‘reformista’ pero opositor a Yeltsin. El partido del primer ministro Chernomyrdin se ubicó en un muy lejano cuarto lugar, superando por un muy escaso margen el 5% de los votos necesarios para acceder a la Duma. La derrota oficialista refleja el extendido repudio popular a la miseria desencadenada por las ‘privatizaciones’ yeltsinianas y por la política de ‘austeridad’ del primer ministro Chernomyrdin. El crecimiento del PC está expresando las profundas divisiones de la burocracia gobernante: “No importa cuáles sean los resultados electorales, la ruptura en el seno de la elite dirigente tendrá consecuencias en el largo plazo y golpeará la capacidad del gobierno para reforzar las reformas” (Financial Times, 11/12). 


“¿Volverán los bolcheviques de 1917?”, se pregunta con sorna la corresponsal del Financial Times en Moscú, y su respuesta es, claro, “no”. En un reportaje reproducido por La Prensa (10/12), Guenadi Zyuganov, secretario general del PCFR, anuncia que “el PC no revisará las privatizaciones”  y se declara “partidario de una economía mixta”. Para probar su fervor por el ‘mercado’, el ‘comunista’ Zyuganov declara que “una de las causas de la destrucción de la URSS fue el monopolio estatal”. Yendo todavía más a fondo, y en una declaración sin desperdicios, Zyuganov llega a sostener que “hoy los inversores externos no tienen posibilidad de trabajar aquí … las inversiones (extranjeras en Rusia) son limitadas cuando en China superan los 100.000 millones de dólares”. La elogiosa mención a China equivale a todo un programa.


Un aspecto particular del programa del PC es su reclamo de “reconstruir la URSS”. La llamada ‘Comunidad de Estados Independientes’ es el instrumento de que se ha valido la burocracia yeltsiniana para hacer valer la ‘influencia rusa’ en las repúblicas vecinas y de ahora en más, vamos a ver una serie de maniobras políticas, económicas y hasta militares para poner a los ‘aliados’ de Moscú al frente de las ex repúblicas soviéticas.

    

Las ‘privatizaciones’ yeltsinianas han servido para transferir ‘la parte del león’ de las grandes riquezas y activos rusos a un muy pequeño puñado de burócratas: los directores de los bancos, los directores de las compañías privatizadas y, en especial, los directores y accionistas de los gigantescos pulpos del petróleo y del gas, que son el verdadero corazón del gobierno de Yeltsin. Chernomyrdin, el primer ministro, ex director de la estatal Gazprom y ahora, privatizada, uno de sus principales accionistas, es su representante directo en el poder. 


Al poner en claro que la camarilla yeltsiniana no podría imponerse en las elecciones presidenciales —si éstas fueran democráticas—, las elecciones parlamentarias pusieron al régimen burocrático ante la perspectiva de una crisis política de fondo.