Saludo del Partido Revolucionario de los Trabajadores (EEK) de Grecia al 24° Congreso Nacional del Partido Obrero

secretario general del EKK


Queridos compañeros, queridas compañeras del Partido Obrero:


 


El EEK, la sección griega de la CRCI, saluda al XXIV Congreso Nacional del PO, de la vanguardia política de la clase obrera en Argentina y América Latina, confiado en que será un gran éxito y un paso adelante para todo el movimiento obrero revolucionario mundial.


 


Vuestro Congreso tiene lugar en un momento crucial de la historia. Luego de una década de bancarrota capitalista internacional sin disolución, la humanidad está frente a una nueva catástrofe amenazante de parte del capitalismo global en decadencia, y en una nueva etapa de la confrontación entre guerras imperialistas, revoluciones y contra-revoluciones en la agenda política a escala mundial.


 


El nuevo bombardeo del imperialismo estadounidense contra Siria, así como la flota estadounidense enviada a la península coreana, al mismo tiempo, para amenazar a Corea del Norte y a la propia China, mientras Trump estaba “hospedando” a su presidente Xi en Florida, demuestra claramente qué significa la estrategia de “Make America Great Again” por parte de la pandilla de supremacistas blancos, militaristas y billonarios de Trump. EEUU es el punto más alto de la declinación histórica del capitalismo mundial, el epicentro tanto de su crisis económica como política. No titubeará a la hora de virar hacia las guerras económicas y la confrontación militar para superar su declinación y re-establecer la dominación global estadounidense. Pero al mismo tiempo, la agresión sobre Siria renovó el conflicto con Rusia y los juegos de guerra en Asia del Este, lejos de manifestar un giro en U de las políticas de Trump o la fuerza de EEUU, son síntomas claros de la inestabilidad política y la crisis de régimen que reinan en la mismísima Washington, el centro más poderoso del sistema capitalista global.


 


Por primera vez, el presidente estadounidense, intentando alinear la maquinaria del Estado bajo su dominio personal autocrático, tiene que confrontar con la hostilidad del aparato del servicio de inteligencia, una guerra civil al interior de una clase dominante profundamente dividida, y el recrudecimiento de un movimiento generalizado de oposición masiva por parte de las masas oprimidas. Este movimiento emergió desde el primer momento de la asunción presidencial de Trump, con millones de manifestantes en las calles, encabezados por el movimiento de mujeres. Es el mayor recrudecimiento visto desde las movilizaciones contra la guerra de Vietnam, involucrando a trabajadores, mujeres, jóvenes, inmigrantes latinos, la comunidad afroamericana liderada por el movimiento “Black Lives Matter” y, por primera vez, a un importante sector del pueblo judío confraternizando y luchando codo-con-codo junto a las comunidades palestina, árabe y musulmana, contra el gobierno más islamofóbico, más antisemita, y más ultra-sionista establecido nunca en Washington.


 


El viraje en la política internacional marcado por el ascenso de Trump tiene resultados devastadores en Europa, en la UE imperialista post-Brexit en proceso de descomposición.


 


Grecia era el eslabón más débil de la cadena que ha quebrado irrevocablemente en 2009. Su bancarrota y su crisis humanitaria fueron sólo el inicio del fin miserable de todo el proyecto de la UE como había sido desarrollado luego del desmantelamiento de la URSS, con el objetivo de re-colonizar Europa del Este y el ex-espacio soviético, de unificar Europa sobre bases capitalistas en torno al eje Germano-francés y un tipo de cambio único para el continente, y de competir por la hegemonía mundial. El impacto destructivo de la crisis mundial capitalista sumergió a la estancada economía de la Unión Europa, al sistema bancario y a la eurozona en una crisis sin resolución, ya desde hace una década. Se ha expandido desde la periferia hacia el centro, con una Italia sobre-endeudada jugando ahora el rol de “gran paciente” y con la mismísima súper-poderosa Deutsche Bank desmoronándose en una bancarrota sin declarar. El fracaso del proyecto de la Unión Europea y su estrategia de “austeridad” posterior a la crisis, de desempleo masivo, miseria y hambre, ha culminado con la tragedia de los refugiados, creada por los crímenes imperialistas de la UE (y de EEUU) en el Medio Oriente, Asia Central y África. Ya ha alimentado la ira popular y las revueltas, la desesperación, la xenofobia, el ascenso de la ultra-derecha, el nacionalismo económico, los antagonismos imperialistas y todas las fuerzas centrífugas.


 


La crisis mundial está rompiendo el mismo eje Germano-alemán mediante la exacerbación de todos los desequilibrios estructurales entre los dos países centrales de la Unión Europea. Esta crisis terminal de la UE encuentra ahora su expresión política más explosiva en las próximas elecciones presidenciales francesas. El conjunto del sistema político burgués tradicional está en ruinas. Los dos partidos principales, la Derecha y la “Izquierda” social-demócrata que se han alternado en el poder desde hace más de sesenta años, han caído en pedazos a manos del escándalo generalizado por sus políticas de austeridad indistinguibles entre si. Todos los políticos tradicionales y presidenciables han caído uno tras otro fuera de la contienda y en total descrédito: Holland, Juppé, Vals, Fillon. Por primera vez, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, ninguno de los dos partidos gobernantes será representado en la segunda vuelta de las elecciones del 7 de Mayo. El ascenso del Frente Nacional ultra-derechista de Marie Le Pen no es sólo el producto del sistema parlamentario burgués en descrédito, sino también del peligroso vacío en la Izquierda, la falta de una alternativa creíble desde una izquierda realmente revolucionaria enraizada en las masas. Esto se expresó el año pasado, cuando la “Primavera Francesa” de las tremendas movilizaciones masivas de trabajadores contra la anti-obrera ley El Khomri quedó sin dirección política y, finalmente, atrapada en el sindicalismo y las maniobras de la burocracia sindical. La mayoría de las tendencias de la izquierda radical, todavía poderosas pero frustradas, están flaqueando en nombre del apoyo pragmático al movimiento nacionalista “de izquierda” France insoumise [“Francia Insumisa”], del reformista “radical” Melenchon, un demagogo que sueña en convertirse en “el De Gaulle de la izquierda”, a quien está atado el Partido Comunista y los centristas. Lutte Ouvrière [“Lucha Obrera”] y los candidatos del NPA, a pesar de ser los únicos que están haciendo campaña con un programa anti-capitalista independiente de la clase obrera, siguen atrapados en sus viejos errores centristas.


 


De nuestra parte, hemos intervenido en esta crisis y en las elecciones francesas mediante una reunión pública el 31 de Marzo en la Ecole Normale Supérieure [la Escuela Normal Superior de París], donde el secretario general del EEK, Savas Michael-Matsas, fue invitado como orador por un grupo nuevo de simpatizantes de la CRCI, la Renaissance Ouvrière Révolutionnaire, defendiendo la línea de lucha sin compromisos contra el capitalismo, la Unión Europea y todos sus candidatos así como contra la “peste bleue Marine” fachistoide, por una alternativa comunista revolucionaria de la clase obrera, el poder obrero y los Estados Unidos Socialistas de Europa. Éste es el primer paso, modesto pero sin duda alguna importante, por un reagrupamiento de una vanguardia contra la parálisis, el liquidacionismo y el centrismo.


 


La ansiedad sobre las elecciones francesas y su impacto en el futuro de la UE y del euro dominó las llamadas “negociaciones”, bajo la constante amenaza un “Grexit”, entre el gobierno de Syriza y los “prestamistas”, la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI. La odiada “troika” imperialista provisionalmente aceptó posponer la decisión final sobre la presencia de Grecia en la eurozona, esperando los resultados de las elecciones en Francia e incluso en Alemania el próximo Septiembre. Por su parte, la falsa “izquierda” del gobierno de Tsipras capituló otra vez al aceptar toda una serie de nuevas medidas draconianas contra las jubilaciones, por más privatizaciones y recortes de impuestos para los grandes capitalistas. El descenso en un nuevo círculo del Infierno de la austeridad aparece en un país que ya se encuentra en ruinas sociales, en una depresión, desde 2010, peor que aquella de la Gran Depresión de los años ’30, con la mitad de la población bajo la línea de pobreza y cerca de un 60% de jóvenes desempleados…


 


Nuestro partido lucha para formar y fortalecer un frente único con otras fuerzas de la izquierda revolucionaria, contra la UE, la OTAN, el gobierno de Syriza, el ascenso de la Derecha y los fascistas de “Amanecer Dorado”, por una salida socialista a la crisis. Estamos haciendo campaña al interior de cada lucha y de cada oportunidad dentro del movimiento obrero por una Conferencia de todas las fuerzas combativas de la clase obrera y de las masas empobrecidas, para discutir una alternativa socialista de los trabajadores y un plan de acción común.


 


Grecia, como Turquía, están en el cruce de caminos donde el caos del Medio Oriente se funde con la desintegración de la Unión Europea y el impasse entre el imperialismo de la OTAN y Rusia. Por estas razones, en el campo posterior al referéndum de Erdogan y de las elecciones francesas, estamos organizando, junto con nuestros camaradas del DIP, en el cuadro del Centro Socialista de los Balcanes “Christian Rakovsky” y de la red de internet RedMed, la IV Conferencia Euromediterránea de Trabajadores en Atenas, del 26 al 28 de Mayo de 2017, donde invitamos al PO a participar.


 


Nuestra lucha no está limitada nacionalmente, regionalmente o continentalmente: es internacional y tiene en su centro la lucha por una Internacional revolucionaria, la Cuarta Internacional refundada.


 


Somos muy conscientes del impasse prolongado en el cual la CRCI ha estado durante años, poniendo su propia existencia en cuestionamiento. Nuestro XXV Congreso en 2016 ha hecho su propia propuesta, en una resolución, y estamos listos para discutirla otra vez con nuestros compañeros internacionales, a pesar de los desacuerdos en los métodos. El acuerdo esencial, la división real o las líneas de unificación por un relanzamiento de la lucha por la Internacional son y deben ser políticos. Una serie de problemas estratégicos cruciales han sido planteados por la crisis mundial: Ucrania, Siria, el carácter histórico del conflicto entre el imperialismo euro-estadounidense con Rusia y China, el militarismo imperialista, el nacionalismo, los gobiernos burgueses de “izquierda” o de centro-izquierda, etc. fueron y son los desafíos históricos frente a los cuales muchas organizaciones que se dicen trotskistas, como el ex Secretariado Unificado o las diferentes gamas de morenismo, han fallado. En algunos casos incluso se han pasado del otro lado de la barricada.


 


Tanto un “reagrupamiento” de “trotskistas consecuentes”, que suelen ser sólo centristas consecuentes (lo que el PCL italiano continúa convocando), como la repetición de “clonar” “seccionales” alrededor de un “partido-guía” centrista a la PTS, o como una auto-proclamación sectaria y un aislamiento nacional, son recetas para el desastre.


 


Necesitamos partidos revolucionarios de combate, por una Internacional revolucionaria de combate, luchando entre las masas y con las masas, por la Revolución Permanente mundial sobre la base del programa de transición, no mediante las exhortaciones propagandistas abstractas, guiados por el desenvolvimiento dialéctico de la teoría marxista, no por el dogma fosilizado.


 


¡Este año del Centenario de la gran revolución socialista de Octubre de 1917, el comienzo de la revolución mundial, hagamos un esfuerzo mayor para revivir la lucha de la Internacional para expandir y completar la revolución en todo el planeta!


 


¡Viva el Partido Obrero! ¡Viva el EEK!


 


¡Viva la Coordinadora por la Refundación de la Cuarta Internacional!


 


 


 


De parte del Comité Central del EEK,


 


Savas Michael-Matsas, secretario general.


 


Atenas, 12 de Abril de 2017