Santos gana a dos puntas

Colombia


Santos gana a dos puntas

El presidente colombiano fue reelecto con el apoyo político de los sectores empresarios, pero también de gran parte del Polo Democrático.

Juan Manuel Santos logró su reelección en el ballotage colombiano con el 50 por ciento de los votos, cuatro puntos por encima de Oscar Zuluaga, el candidato patrocinado por Alvaro Uribe. La victoria de Santos, que había quedado debajo de Zuluaga en primera vuelta, se asienta principalmente en los triunfos obtenidos en Bogotá, Barranquilla y en la costa caribeña en general. Zuluaga, por su parte, volvió a ganar en Antioquía y otras regiones del centro del país.

Para volcar la balanza a su favor, Santos acentuó la demagogia ‘pacifista’ y recurrió al auxilio bolivariano. Pocos días antes del ballotage, el presidente ecuatoriano Rafael Correa anunció el comienzo de los diálogos de paz con la guerrilla del ELN en su territorio. Santos, a su turno, prometió la supresión del servicio militar obligatorio. La izquierda y la centroizquierda colombiana jugaron un papel militante en la reelección del ex ministro de defensa de Uribe, lo que fue reconocido por el jefe del Partido Liberal, Simón Gaviria. “A la izquierda colombiana le queremos mandar un abrazo fraternal. Agradecerle el apoyo que nos dieron durante este proceso” (El Espectador, 15/6). Otra crónica destaca que Clara López, la candidata del Polo Democrático que cosechó el 15% de los votos en primera vuelta, “se la jugó a fondo para apoyar al candidato-presidente” (El Tiempo, 15/6). Pero días antes de los comicios, también los capitalistas dieron su espaldarazo al gobierno. Ochenta reputados empresarios lo hicieron abiertamente. Y el venezolano Capriles fue uno de los primeros en saludar la victoria de Santos, terminando de revelar el aislamiento político regional del uribismo.

Consciente de esto último, Zuluaga intentó matizar sus planteos durante el ballotage. Para ganar el respaldo de un ala del Partido Conservador, debió cambiar su postura de una suspensión inmediata de los diálogos de paz con las Farc, por otra de una paz ‘con condiciones’. Pero no fue suficiente para contrarrestar el amplio apoyo político a Santos, de la Unasur a Obama. “Esta ha sido una campaña difícil y muy desigual” (ídem), se lamentó Marta Ramírez, del ala conservadora que se inclinó por el uribismo.

Aunque la abstención retrocedió ocho puntos con respecto a la primera vuelta, registró picos elevados de más del 50%. La carta de la negociación con las Farc no obstó para que Santos fuera derrotado en la primera vuelta. Esto obedece a una situación social marcada por elevados niveles de empleo no registrado, desempleo del 9%, y un deterioro del sector campesino como resultado de los tratados de libre comercio con Estados Unidos y otros países. En nombre del “mal menor”, la izquierda colombiana ha cometido el “mal mayor” de privar a los explotados de una referencia política independiente de los bloques patronales.


G.M.