Sarkozy: una sola bala

La aplastante victoria que obtuvo en las parlamentarias del domingo pasado le permitirá al derechista Sarkozy cumplir su promesa de aplicar “todas las reformas al mismo tiempo”. Según los pronósticos, luego de la segunda vuelta de las parlamentarias, Sarkozy dispondría del 75% de las bancas de la Asamblea Nacional. Hubo una abstención masiva de votantes socialistas y de los pequeños partidos; el 40% del electorado se quedó en su casa. Gracias al sistema electoral antidemocrático vigente en Francia, con el 46% de los votos emitidos (menos del 30% del padrón) Sarkozy se quedará con el 75% de los escaños. Luego de su segunda derrota consecutiva (y a las puertas de la tercera, en la segunda vuelta de las parlamentarias), el PS está en ruinas.


El “paquete” de Sarkozy


En sus primeros días de gobierno, Sarkozy anunció un enorme “paquetazo” que presentará para su aprobación a la primera sesión de la nueva Asamblea Nacional, en julio.


• Eliminación de las cargas sociales (de trabajadores y patrones) sobre las horas extras. Su consecuencia inmediata será la extensión de la jornada de trabajo, que tendrá como consecuencia una menor contratación de nuevos trabajadores. La medida facilita el fraude laboral, ya que los aumentos salariales podrían ser transformados en horas extras ficticias (pago en negro).


• Ley de servicio mínimo en los transportes, que significa, en los hechos, la liquidación del derecho de huelga. Se trata, por sobre todo, de evitar la acción de los piquetes.


• “Reforma fiscal”: virtual eliminación del impuesto a las sucesiones y donaciones, reducción del impuesto a las fortunas, deducción del impuesto a la fortuna de los intereses pagados por préstamos para la adquisición de la vivienda familiar; límite del total de impuestos directos a pagar por cada contribuyente. Según Le Monde (29/5), esta “reforma” constituye un fantástico “regalo” a la gran burguesía.


• “Reforma penal” que “va a llenar las cárceles de presos” (Le Monde, 3/6) como consecuencia del alargamiento de las condenas y la reducción de las excarcelaciones.


• Reforma de la educación primaria y secundaria que agudizará la diferenciación social en la educación (Le Monde, 2/6) e introducirá el principio de “autofinanciamiento” de las escuelas.


• “Autonomía universitaria” cuyo objetivo principal es “autonomizar” al Estado del financiamiento de las universidades.


Una sola bala


En toda Europa, Francia es el país de menor crecimiento; sus empresas pierden terreno en el continente e, incluso, en el propio mercado francés. Sarkozy pretende que sus “reformas” produzcan un inmediato “shock de confianza” capitalista que relanzará el crecimiento.


Su política tiene dos pilares.


El primero, aumentar la explotación de los trabajadores mediante la extensión de la jornada laboral y el aumento de la “oferta de trabajo”.


El segundo, el aumento de las inversiones, que sería la consecuencia de la rebaja (enorme y permanente) de los impuestos al gran capital. Aquí, Sarkozy copia a Reagan y a Bush.


El costo fiscal de estas medidas es enorme: según el Instituto de la Empresa, 14.000 millones de euros (Le Monde, 5/6). Su consecuencia inmediata será disparar el déficit fiscal. La deuda pública, en crecimiento, alcanza el 65% del PBI. A esto hay que agregar el déficit del sistema previsional.


Los anuncios de Sarkozy han puesto en alerta al Banco Central de Europa y a sus socios de la UE, que le reclaman el cumplimiento estricto de los tratados europeos de restricción de la deuda pública (que la limitan al 60% del PBI). Una parte de la propia burguesía francesa recoge estas advertencias. Temen que Francia enfrente un descalabro fiscal de una envergadura incluso mayor que el de Italia.


Sarkozy reproduce en Francia la “política de oferta” de Reagan y Bush, con el agravante de que, a diferencia de Estados Unidos, Francia no puede emitir su propia moneda para financiar su déficit fiscal; el euro le impone a Sarkozy una “camisa de fuerza” similar a la de la convertibilidad. Sarkozy, además, lanza sus “reformas” en el momento en que debuta, en el plano internacional, un ciclo alcista de las tasas de interés, que obstaculizará el financiamiento del déficit fiscal. Todo esto pone extremadamente nerviosos a los socios europeos de Francia y a un sector de la burguesía francesa.


Sarkozy ha salido a cazar al tigre con una sola bala en su escopeta.