Internacionales

18/10/2018

Seguidores de Bolsonaro asesinaron a una mujer travesti

Ocurrió en San Pablo, en el marco del ascenso del candidato derechista. Brasil es el país con más crímenes homofóbicos y transfóbicos del mundo. El 20, repudio en la embajada.

Una mujer travesti fue apuñalada en la madrugada del martes por un grupo de hombres frente a un bar de Largo do Arouche, en el centro de San Pablo, y murió cuando era trasladada a un centro de salud vecino. Vecinas escucharon a los agresores mechar insultos hacia la mujer con cánticos de “Bolsonaro, ele sim (Bolsonaro, él sí)”, en réplica al “Ele Não (él no)” masificado por el gran movimiento de mujeres contra el candidato ultraderechista.


El episodio bárbaro se integra a la larga lista de crímenes de odio tras el triunfo en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Brasil de Jair Bolsonaro. El mismo día de los comicios, el asesinato del músico Moa do Katendê por otro fanático del ex militar conmovió a la opinión pública nacional e internacional. En las semanas siguientes, se estiman entre 70 y 100 las agresiones contra opositoras y opositores declarados, negros y miembros del colectivo LGBT.


Previo al asesinato de la mujer paulista, cuya identidad se mantiene reservada, en Porto Alegre a una joven lesbiana le marcaron una svástica en la piel con cuchillos (el mismo signo con que este domingo aparecieron pintadas las paredes de una capilla católica en Nueva Friburgo, Río de Janeiro). En las universidades federales, se multiplicaron los mensajes racistas y homofóbicos: escritos llamando a que los negros vuelvan a la “senzala” (alojamiento de esclavos del Brasil colonial) aparecieron en los baños de la de Alfenas y, más recientemente, en la de Uberlândia, donde tenía lugar un congreso de investigadores negros; mientras que en la de Juiz de Fora se pudo leer “muerte a los gays” y “muerte a los maricones”.


La Universidad de Recifes suspendió esta semana tres obras de su festival de artes escénicas Complicidades por temor a que fanáticos ataquen a sus autores e intérpretes –entre ellas la pieza Puto, del argentino Ezequiel Barrios.


Las avanzadas fascistas contra las sexualidades disidentes se acrecentaron con el ascenso de Bolsonaro, quien ha declarado en entrevistas que “si veo a dos hombres besándose en la calle, les voy a pegar”, que “al hijo que empieza a verse así, un poco gay, hay que darle una buena tunda para cambiar su comportamiento” y que prefería “que un hijo mío muera en un accidente a que aparezca con un bigotudo por ahí”.


Pero no son novedosas en Brasil, en particular desde el golpe orquestado por Michel Temer en 2016. Según un informe reciente de la Asociación Nacional de Travestis y Transexuales (Antra), “cada 48 horas una persona trans fue asesinada en Brasil en 2017, el mayor índice en los últimos 10 años y que ubica al país en el primer puesto a nivel mundial por este tipo de crímenes. El documento contabilizó 179 asesinatos de travestis o transexuales, 15% más que los notificados en 2016” (El Universal, 13/10). De conjunto, los asesinatos por motivaciones homófobicas y transfóbicos se ubicaron en 2017 por arriba de los 445, un 30% más que en 2016 (El Salto, 25/2). A ello se sumaron las presiones para forzar el levantamiento de espectáculos y muestras artísticas.


Se hace tangible detrás de estos ataques la responsabilidad del Estado en sus diversos órdenes, como lo expuso el asesinato de la concejala negra y lesbiana Marielle Franco, con presunta implicación de la Policía Militar, en una Río de Janeiro militarizada por Temer. Se vio también en la eliminación de este de todo financiamiento a las políticas contra la discriminación por razones de orientación sexual e identidad de género; en el sinfín de derechistas batallando en los órganos legislativos contra la educación sexual y otras reformas conservadoras; y en resoluciones de la justicia como la del magistrado federal de Brasilia, Waldemar Cláudio de Carvalho, que autorizó la terapia para “curar” la homosexualidad en septiembre de 2017. El cuadro se completa con el lobby de años contra homosexuales y derechos de las mujeres como el aborto por parte de amplias franjas de las muy influyentes iglesias evangélicas, que –tras numerosas alianzas con el PT en el pasado reciente- se han inclinado en amplia mayoría al apoyo a Bolsonaro.


El ascenso de Bolsonaro da un nuevo impulso a bandas que se han ido empoderando al resguardo de las Fuerzas Armadas que sostuvieron el golpe de 2016.


El próximo sábado 20, el movimiento de mujeres convoca en Brasil a una movilización contra Bolsonaro, que contará con marchas de apoyo en distintos países –en Argentina, será a las 15hs, a la Embajada del país vecino. Una cita del mayor interés para el colectivo LGTB y el conjunto de la población trabajadora.


Seguí leyendo: La “democracia” se alinea con Bolsonaro. Por Jorge Altamira