Aunque los mineros rusos, principalmente del Artico, suspendieron su huelga general el pasado 3 de febrero, esto debido a las condiciones difíciles del invierno, sus colegas de la cuenca del Donbass, en Ucrania, decidieron proseguirla. El movimiento abarca a 400.000 trabajadores.

El gobierno ucraniano se niega a negociar con los huelguistas debido a las imposiciones del FMI, entre las que figura el cierre de 30 minas consideradas inviables. El corresponsal del diario Le Monde (4/2) destaca que las asambleas tienen lugar bajo gigantescos retratos de Lenin, que la huelga es caracterizada como un “movimiento proletario de protesta” y que el trato entre los huelguistas es de “camaradas”. La huelga se debe a que el retraso del pago de salarios, jubilaciones y pensiones ya es de cinco meses. Un huelguista entrevistado por el diario, señaló: “Los pondremos de rodillas; será de nuevo como en 1989”, en alusión a las huelgas masivas que inviabilizaron definitivamente al gobierno de Gorbachov.