Sudáfrica: Últimas maniobras del pacto de “unión nacional”

En Sudáfrica se ha montado un operativo político para negarle al Congreso Nacional africano el reconocimento de una mayoría de los 2/3 de los votos, lo cual le impediría asumir exclusivamente la tarea de redactar la nueva constitución y le daría al partido afrikaner de De Klerk la posibilidad de quedarse con la vice-presidencia del Estado.


Esto explica que cuatro días después de las elecciones los informes oficiales señalen que recién se ha escrutado el 60% de los votos, y que el Congreso Nacional Africano (Mandela) obtiene el 62,5%. La demora en el escrutinio es “exasperante”: “para muchos no queda claro si Mandela ganó, si hay que esperar, o si no estará prohibido festejar antes de tiempo” (Clarín 4/5). Con el 62,5% de los votos, Mandela “no podría conseguir la mayoría de dos tercios necesaria para dictar la constitución definitiva posterior al régimen del apartheid en su propios términos”. (International Herald Tribune, 2/5).


A través “de la incompetencia combinada con el engaño, la Comisión Electoral Independiente —CEI— invitó abiertamente al fraude” denuncia el Financial Times (30/4).


Los datos iniciales del comicio fueron premeditadamente amañados: “haciendo pesar la influencia de cálculos rápidos provenientes de las pocas áreas donde los partidos blancos son más fuertes, notoriamente Cabo Occidental, donde el apartheid ha dejado una mayoria mestiza temerosa del gobierno negro”(IHT, 2/5).


El régimen político en Sudáfrica está sujeto a una Constitución “interina” aprobada en noviembre por el CNA y el gobierno blanco de De Klerk. De entrada, “la obtención de los tercios fue descartada por Pallo Jordan (jefe del departamento de información del CNA) antes de que el escrutinio de los votos llegará al 20% del total. Proyectamos una mayoría del 58, tal vez del 60%” (Folha de sao Paulo, 2/5). El CNA pretende convertir a la Constitución “interina” en “definitiva”, y pasar así a la formación de un “gobierno de coalición”, en el cual. la derecha blanca se asegura una vicepresidencia y mantiene en su poder algunos ministerios claves.


Ante el temor de que con los 2/3 de los sufragios, las masas negras exijan al CNA la formación de un gobierno exclusivo, Mandela se ha adelantado


con el reclamo de que incluso los partidos qzue hayan obtenido menos del 5% de los votos sean convocados a formar gobierno, “en una nueva evidencia de su moderación” (Folha, 2/5). Esto incluiría al general Viljoen (del ultraderechista Frente de Libertad, que plantea un estdo para la minoría blanca) señalado por muchos observadores como un potencial ministro de Defensa desded que Mandela lo elogió públicamente varias veces …” (Folha, ídem).


En vísperas de las elecciones, “la comunidad financiera aplaudió a su viej oenemigo”, dice The Financial Times (23/4) y la Bolsa subió acompañando la expectativa de la burguesía sudafricana en la “salida política”.


Aún con todas estas garantías, “una victoria por más del 66% provocaría temblores en los círculos de negocios, aún suspicaces por la presencia en el CNA de comunistas, sindicatos y tendencias socialistas” (ídem).


“Le damos seis meses”


La victoria del Partido Nacional en la provincia del Cabo Occidental ya ha abierto, sin embargo, una crisis profunda. “El pueblo (en los barrios de Ciudad del Cabo) se siente traicionado” frente a la perspectiva de un gobierno provincial de la derecha blanca “y simplemente quiere combatir el resultado” (Folha),


Por otro lado, la consagración de un presidente negro es, para las masas, una nueva etapa de lucha. “Los barrios son ampliamente responsables de haber enfrentado el apartheid a través de huelgas y boicots. Pero ahora sus moradores están demandando que el gobierno negro provea los servicios que ellos han rehusado pagar (a los blancos) y están amenazando usar sus tradicionales tácticas si el nuevo gobierno no encuentra el dinero para satisfacer sus aspiraciones. Nosotros les damos seis meses —dice Khensani Ndlomo, un librero en una escuela alta en Alejandra. Si en seis meses nada se ha hecho, volveremos al toyi-toi” dice, refiriéndose a la danza de protesta que ha llegado a ser característica del CNA”(International Herald Tribune, 26/4).