Tabaré Vázquez en Buenos Aires

Produjo un enamoramiento entre los empresarios

En el muy paquete Hotel Alvear, Tabaré Vázquez, candidato presidencial del Frente Amplio-Encuentro Progresista, reunió a un grupo muy selecto de comensales: los grandes capitalistas argentinos y los representantes de grupos internacionales con “intereses” en Uruguay. Estuvieron, entre otros, Julio Werthein, Martínez de Hoz (¡sí, el ministro de Videla!), Eurnekian, banqueros, estancieros, industriales y representantes del cuerpo diplomático. Salvo María Julia, que en esos momentos estaba en Tribunales, el “tout Buenos Aires” hizo cola para escuchar al candidato de la “coalición de izquierda”. No se decepcionaron.


Tabaré dijo lo que después repitió a Clarín: “No proponemos cambiar este modelo económico por otro”, sentenció. Mientras Tabaré hablaba, los comensales que lo escuchaban pensaban: “tranquilos, con la izquierda, sigue la joda”…


“Vengo a ofrecer certezas”, continuó entonado Tabaré por los aplausos. “Cumpliremos las obligaciones contraídas por anteriores administraciones”, naturalmente en referencia a la deuda pública y a la amnistía de los genocidas; “respetaremos debidamente la propiedad privada”; “reduciremos el gasto público (es decir, los salarios de los estatales)”; no habrá “impuestazo” a la empresa privada. Los comensales estaban eufóricos, aunque algunos se preguntaban por qué Tabaré se empeñaba en presentar esto como “un cambio”…


Juan Carlos López Mena, un empresario uruguayo que lo acompañó por su gira argentina, dijo a Brecha (21/5) que Tabaré “produjo un enamoramiento entre sus pares argentinos”.


El “amor” que se compra no es amor; tiene otro nombre. Su costo lo pagarán los trabajadores uruguayos.