Termina Milosevic pero no la pesadilla imperialista

“Si los gobiernos occidentales sostuvieran (públicamente) al Sr. Kostunica antes de los comicios, cometerían un grave error”, reconocía un editorial del Financial Times el 21 de septiembre, a 4 días de las elecciones que consagraron al candidato de la Oposición Democrática de Serbia (Dos). Para el diario inglés, “Kostunica se presenta como un nacionalista en un país donde sólo los nacionalistas tienen alguna esperanza de ganar”. Aunque “raramente pierde oportunidad de atacar los crímenes de guerra de la Otan y al Tribunal de La Haya” –decía el 22/9 otro editorial, ahora de The Washington Post–, “sin duda los gobiernos europeos y de EE.UU. derraman millones de dólares en las organizaciones políticas de la oposición, y más en los esfuerzos por darle respaldo a Kostunica”.


La suerte del régimen de Milosevic está echada. Aunque reclame todavía un ‘ballotage’, ha reconocido una derrota por más de 10 puntos. Ya antes de los comicios Milosevic venía pactando su retirada, vía las embajadas griega, rusa y china, que han actuado por delegación de las potencias imperialistas.


Los términos de un “posible compromiso –decía ya el Financial Times en el editorial citado– podría consistir en un juicio (a Milosevic) en Serbia”, con el “expreso acuerdo” del Tribunal de La Haya (21/9). La negociación se ha abierto para sacar a las masas de la calle y evitar una radicalización política. El actual comandante en jefe de las FF.AA., un general que dirigió las tropas serbias en Kosovo, dijo que Milosevic y el Ejército “respetarán la elección” (El País, 29/9). Los ‘demócratas’ y sus mandantes imperialistas están supeditados a un compromiso con las fuerzas armadas.


A pesar que las enormes movilizaciones de la oposición triunfante impidieron el fraude, la Dos se ha cuidado mucho de provocar una caída de Milosevic ‘a lo Ceacescu’. Dentro de la propia Dos aparecen ya las voces que advierten sobre los riesgos de la huelga general y de los peligros de que el movimiento obrero se ponga en movimiento por sus reivindicaciones.


 


Una oposición trucha, que le robó sus banderas a Milosevic


El imperialismo fogoneó directamente a la Dos. La supuesta maniobra de Milosevic de ‘adelantar’ las elecciones y tomar in fraganti a sus opositores, se convirtió en verdad en la ‘oportunidad’ para Occidente. La ‘selección’ de Kostunica para esta tarea, dice The Economist (23/9), fue decisiva: a) no integró la vieja nomenklatura stalino-titoísta, como la mayoría de sus pares de la ‘oposición’; y b) lo más importante, estuvo siempre en el campo del nacionalismo serbio desde que la vieja Federación fue despedazada a principios de los ‘90. Ahora Kostunica hizo campaña abiertamente a favor de la retención de Kosovo. Un analista de la revista Vreme de Belgrado lo caracterizó como “candidato ideal. Kostunica está vacunado contra todas las acusaciones del régimen” (reproducido en Courrier International, 14/9), tras “haber empuñado un fusil Kaláshnicov de los francotiradores serbios, durante Kosovo, y haber defendido como abogado al líder serbio Rodovan Karadjic, acusado de crímenes de guerra en Bosnia-Herzegovina” (La Nación, 1/10).


La Otan, que está completamente empantanada en su ocupación militar de Kosovo, permitió la realización de las elecciones federales allí e impidió el boicot de ciertas fracciones del EKL (se han comprobado casi 150 mil votos truchos en Kosovo).


En Montenegro, según algunas versiones, la Otan no logró convencer a sus ‘aliados’ del gobierno de Djukanovic de participar de las elecciones presidenciales y respaldar a Kostunica (fueron boicoteadas por Djukanovic, y participó alrededor de un tercio del electorado). Kostunica había manifestado su oposición a la independencia de Montenegro. La pequeña república le da salida al mar a Yugoslavia.


La maniobra democratizante del imperialismo habría sido imposible sin el concurso de las burocracias rusa y china. Desde la guerra imperialista de 1999 contra Serbia, Rusia se transformó en una pieza fundamental de ‘estabilización’ de la región al servicio de los planes del FMI. Ahora la iglesia ortodoxa serbia, con miles de lazos con la rusa, le ha dado un golpe mortal a su ex aliado, reconociendo a Kostunica como “presidente electo”.


 


Perspectivas


El régimen de Milosevic ha caído a manos de un frente completamente heterógeneo, que es rehén del imperialismo mundial. El fascista partido Radical Serbio (SRS), que integra hasta hoy el gobierno de Milosevic y cuyo líder, Vojislav Seselj, se presentó también como candidato presidencial, ya “esboza una reconciliación con su compadre Vuk Draskovic, del Movimiento Serbio de Renovación”, que integra la coalición opositora (El País, 29/9). Ambos partidos, juntos, tienen la mayoría del parlamento de la República Serbia. “La perspectiva del desmoronamiento del régimen” (ídem) está a la vista.


El levantamiento de las ‘sanciones’ contra Serbia que promete el imperialismo no va a sacar a Yugoslavia del pantano. Del mismo modo que no ha podido sacar del pantano a Kosovo, y donde no ha puesto un peso. La crisis capitalista, nueva crisis del petróleo mediante, lejos de facilitar las ‘inversiones’, las aleja. La Unión Europea está dividida y el último ‘no’ danés a la adopción del euro es una manifestación de la acentuación de estas disputas, que alejan todavía más la ‘integración’ de Europa del Este a la Unión Europea.


Algunos analistas prevén un ‘renacer’ yugoslavo, a partir de la reciente ‘democratización’ de Croacia y ahora de la que se avecinaría en Serbia. Esa observación es un indicio de que la fragmentación de Yugoslavia por parte del imperialismo ha fracasado. Pero el imperialismo no tiene condiciones para reeditar lo que en 1919 fue el Reino de los Eslavos del Sur. El proceso restauracionista agrava los choques nacionales y las disputas por los despojos de lo que intentó ser en el pasado una verdadera federación de pueblos eslavos de los Balcanes. Esta aspiración democrática sólo podrá encontrar su realización bajo un régimen socialista, en el cuadro de una Europa hermanada por gobiernos obreros, jamás capitalistas.