Terror paramilitar en Honduras

El jueves 25 de marzo, los 16 miembros de la junta directiva del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) fueron arrestados por el delito de sedición. El incidente ocurrió pocos días después de que la dictadura de Porfirio Lobo hiciera manifiesta su intención de cerrar la UNAH, algunos minutos antes de que una movilización de miles de personas llegara a la universidad para ofrecer el apoyo a los trabajadores del SITRAUNAH. Los miles de hondureños que rodearon el juzgado para exigir la libertad de los compañeros fueron reprimidos salvajemente.

La represión por vía jurídica (existen actualmente cerca de 140 personas con procesos judiciales ilegales) es tan sólo un complemento de la campaña de terror que desarrollan los cuerpos de seguridad del Estado hondureño y los organismos paramilitares conformados por la oligarquía. Son muchos más los presos, asesinados y desaparecidos bajo el gobierno de Porfirio Lobo que en todo el período que transcurrió desde la expulsión de Zelaya hasta el fraude electoral que lo coronó como presidente.

En las últimas semanas, cinco periodistas (José Bayardo, Manuel Juárez, Joseph Ochoa, David Meza y Nahúm Palacios) fueron asesinados a la salida de su trabajo, acribillados a balazos.

La política de terror paramilitar busca frenar un proceso de movilización que no se ha detenido. El asesinato del militante del FNRP José Manuel Flores se convirtió en el primer caso de un profesor asesinado en el interior de las instalaciones educativas, frente a sus compañeros y alumnos.

El FNRP ha denunciado que detrás de este plan sistemático de exterminio, la dictadura de Porfirio Lobo, “aprovechándose del control absoluto de los poderes del Estado, ha encarado la privatización de los bienes públicos, la derogación de las conquistas sociales y la entrega de los recursos naturales”.

En este contexto, el gobierno español invitó a Porfirio Lobo a participar en la VI Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, América Latina y el Caribe, legitimando a los golpistas y su accionar en sintonía con el imperialismo norteamericano. El silencio de los gobiernos latinoamericanos resulta a esta altura un acto de complicidad insoportable.

En este marco, FNRP ha reafirmado su lucha por la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente y por la convocatoria a una consulta popular para el día del primer aniversario del golpe. La solidaridad activa de los trabajadores y movimientos populares latinoamericanos con la lucha de la heroica resistencia hondureña se convierte, cada vez más, en la única posibilidad para derrotar a los golpistas.