Tormenta en el “Merconorte” Bush, Fox y Chávez

Un escándalo nacional provocó la semana pasada en México el planteo de un Comité de diputados del Congreso de Estados Unidos de condicionar un acuerdo migratorio para 4,5 millones de mexicanos que residen ilegalmente en territorio norteamericano a la apertura de la petrolera estatal a las inversiones extranjeras. El presidente Vicente Fox, a quien Bush a poco de asumir había elegido como “socio privilegiado” en América Latina, rechazó la exigencia y declaró que Petróleos Mexicanos – Pemex – “no está ni estará en venta”.


La cuestión tiene sus sutilezas porque Pemex ya está abierta a las inversiones extranjeras (“buscando ayuda para su modernización 70 petroleras mundiales fueron invitadas a una reunión hace quince días para estudiar la viabilidad de distintos proyectos”, La Nación,15/5). El planteo del Comité legislativo es atribuido, entonces, a “una presión de la petrocracia texana que llevó al poder a George W. Bush y a Vicente Fox y ahora reclama sus cuotas” (La Jornada, 12/5). Esto incluye no sólo la participación en licitaciones de Pemex sino la posibilidad de “obtener la propiedad de los hidrocarburos de México” (ídem).


Por otra parte, los fondos de inversión norteamericanos que están a la caza de empresas endeudadas en todo el continente acaban de reclamar el control de un conglomerado petroquímico y textil mexicano – Cydsa – , luego de haber comprado los bonos devaluados del grupo propietario. Según The Wall Street Journal, “el gran incremento de las cesaciones de pagos en la región ha envalentonado a algunos acreedores”.


La prensa internacional, de todos modos, interpretó la actitud de los diputados yanquis como una respuesta a la negativa del gobierno de Fox, que ocupa un puesto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, a acompañar la resolución que habría oficializado la invasión a Irak.


Pemex es una empresa gigante, con 170.000 empleados, que aporta el 35% de los recursos del presupuesto nacional. Es decir que es la gran teta de la burocracia estatal y de los negocios de toda la burguesía mexicana.


El planteo del Comité legislativo norteamericano anticipa un conflicto con México de características similares al de la Venezuela de Chávez.