Traficantes de drogas y tratantes de blancas al frente de la “nueva policía”

Como la educación, la salud, la operación de los puertos, la reparación de los pozos e instalaciones petroleras y todo el funcionamiento estatal del nuevo Irak “liberado”, también la “reforma de la policía” ha sido privatizada. Es decir, fue convertida en una fuente de ganancias para los pulpos ligados al gobierno de Bush.


El gobierno norteamericano encargó la formación de la “nueva policía iraquí” a la empresa DynCorp, una de las tantas “contratistas” que trabajan para el Pentágono. El papel de estas contratistas – bandas de mercenarios organizadas como empresas capitalistas, que incluso cotizan en Bolsa – ha crecido exponencialmente en los últimos años, al punto que un especialista afirmaba, hace ya más de seis meses, que “el Pentágono no podría ir a la guerra sin ellas” (The New York Times, 14/10). El Pentágono las utiliza para sus “operaciones sucias” (por ejemplo, la DynCorp, como otras, interviene en el “Plan Colombia”), para ocultar sus actividades y escapar a los controles parlamentarios, a las complicaciones diplomáticas y al escrutinio de la prensa.


DynCorp desplazó a sus competidores porque acreditó sus “antecedentes” en la “formación” de la policía bosnia. En los Balcanes, la contratista se esforzó por poner en pie una fuerza policial “con todas las de la ley”: por eso, no sólo la formó en las técnicas para reprimir y perseguir a los opositores sino que, además, montó una red de tráfico de drogas y trata de blancas y prostitución de menores – “negocios” típicamente policiales en todo el mundo – que se extendía por toda Bosnia. Las menores prostituidas, traídas a la fuerza o por engaños principalmente de Rusia y Rumania, eran provistas a los contratistas del Pentágono por la mafia serbia. Cuando el escándalo saltó, la DynCorp se limitó a reemplazar a algunos de sus empleados en Bosnia… por otros que continuaron con la misma tarea.


La cercanía de Irak con Afganistán, que desde que fue “liberada” por los norteamericanos volvió a convertirse en el principal productor mundial de opio, le abre a esta “policía privada” un amplio “campo de negocios”, en el que, como en Bosnia, sabrá anudar lazos con la mafia local.


Esto es lo que le espera al pueblo iraquí de la mano de sus “liberadores” imperialistas.