Trayvon Martin…

…es el nombre del chico negro de 17 años que, en febrero de 2012, fue asesinado en una urbanización de Stanford, en el estado yanqui de Florida. George Zimmerman es el nombre del asesino, un vigilante vecinal voluntario, aspirante a policía, quien persiguió ese día a Trayvor por portación de cara. El criminal siguió a su víctima por considerarlo "sospechoso de merodeo", desobedeciendo incluso la orden en contrario de sus superiores. Zimmerman estaba armado y se enfrentó con Trayvor en una pelea que acabó cuando le disparó al corazón. Ahora, la reciente absolución de Zimmerman -por un tribunal integrado por seis mujeres anglosajonas y una hispana- desató una movilización nacional de protesta en todo Estados Unidos. Desde Nueva York a Miami y de Washington a Los Angeles, miles de personas se concentraron el pasado sábado 20 para reclamar un nuevo juicio y repudiar el fallo.


Las manifestaciones se produjeron frente a sedes de tribunales o comisarías de policía para exigir nuevas acusaciones contra Zimmerman que reviertan la absolución. Sin embargo, el fiscal general Eric Holder no aceptaría la revisión del caso. Tampoco está planteada iniciativa alguna del gobierno central contra la legislación de mano dura del estado de Florida, la cual habilita estos fallos miserables. El propio Obama, la semana pasada, se había solidarizado con la familia de la víctima, pero llamado a "respetar el Estado de derecho".


Ahora, bajo la presión de los acontecimientos, Obama volvió sobre el asunto intentando una política de reducción de daños en su propia base electoral: "Trayvon Martin pude haber sido yo hace 35 años" -dijo el sábado de la reciente movilización nacional. Mientras tanto, casi un centenar de muchachos y adultos -también negros- son alimentados por la fuerza, mientras mantienen una huelga de hambre en un campo de concentración ilegal que el mismo Obama se había comprometido a cerrar: ¡Guantánamo! Como recordaba un cronista tiempo atrás, es con el mismo Obama que se ha legalizado a la CIA como una suerte aparato parapolicial de asesinatos selectivos, aplicando las disposiciones dictadas en su momento por el fascistoide Bush.


Y, por supuesto, también con el "afro" a la cabeza de Estados Unidos y del capital se han agigantado como nunca las desigualdades sociales que reproducen también a los victimarios y lúmpenes. Es el caso del asesino Zimmerman, hijo de una peruana, habitante de un barrio pobre e inseguro que reclamaba "seguridad" y se candidateaba para ser policía. Esas desigualdades hunden a los negros -a los verdaderos, no a Obama-, en el submundo de la miseria social: los chicos y adolescentes negros tienen 17 veces más probabilidad de ser víctimas de un asesinato por arma de fuego que un chico blanco. Desde 1963, casi 60.000 chicos y adolescentes negros cayeron asesinados por armas de fuego. El genocidio al interior de la patria del tío Sam. "Hoy fue mi hijo, pero puede ser el tuyo", declaró durante las protestas la madre de Trayvon. "Capitalismo es racismo", "Desarmen a la policía", decían entonces algunas de las pancartas. Otras, que se repetían en manos de chicos negros, preguntaban: "¿Seré yo el próximo?".