Un acto obrero internacional profundo y conmovedor

Durante siete horas, una abigarrada multitud colmó el estadio cerrado de Argentinos Juniors para escuchar a siete oradores de diferentes países, explicando porqué era el momento oportuno de lanzar una campaña por la formación de un partido obrero internacional, o sea refundar la IVª Internacional. Hasta las diez de la noche, cuando el acto se cerró con el canto del himno de la Internacional, prácticamente nadie había abandonado el lugar. La abrumadora mayoría de los asistentes estaba constituída por jóvenes y por mujeres y, de conjunto, por obreros (incluídos los desocupados) y estudiantes (en su mayor parte secundarios).


Los discursos no hicieron ninguna concesión a la demagogia; todos, sin excepción, fueron análisis de la situación histórica del momento y una revisión de la lucha de clases en los distintos países. Los representantes políticos que se turnaron en la tribuna demostraron una elevada formación cultural y política y una acabada participación de sus partidos en las luchas. La conjunción de la elevada calidad de las posiciones sustentadas con la extraordinaria politización del autoditorio, le dio a los presentes la impresión de estar asistiendo a una jornada histórica; a la emergencia de una nueva generación protagónica, llamada a grandes tareas, la generación del 98, que se conjugaba con la vieja guardia revolucionaria del 68. La extraordinaria sensación de realismo que provocaron los conceptos más audaces y de gran vuelo, dio la impresión de que el acto anticipaba jornadas históricas en un futuro inmediato.


La iniciativa de lanzar una campaña por la refundación inmediata de la IVª Internacional pareció de este modo cobrar una vida concreta, transformarse en sentida e incluso popular. Era un manifiesto lanzado al mundo más allá de las organizaciones que lo suscribían y con la convicción de que estaba destinado a penetrar en las masas. Ahora se trata de arremangarse y de luchar y de osar el objetivo máximo, porque frente a un mundo que se hunde y se desintegra la bandera del socialismo internacional es la que inevitablemente volverá a ser la “del partido de la humanidad”.