Un terrorista suelto en Miami

Bush libera a Posada Carriles

No necesitó escaparse; salió por la puerta grande. Luis Posada Carriles, ex agente de la CIA y confeso autor de numerosos atentados contra Cuba, que costaron la vida de decenas de personas, acaba de ser liberado por la justicia norteamericana, libre de culpa y cargo. Una jueza de Texas desestimó los cargos que pesaban contra él (por fraude inmigratorio) y lo dejó en libertad. Hace un mes, la misma jueza lo había puesto en libertad condicional; distintos organismos rechazaron entonces esa liberación porque, señalaban, Posada Carriles podría utilizar el respaldo de la CIA y de la gusanería de Miami para fugarse. No necesitó hacerlo.


Posada Carriles fue el responsable de la voladura de una nave de Cubana de Aviación en Caracas que mató a 79 personas; la CIA organizó su escape de la cárcel venezolana en que estaba detenido. Fue organizador de una serie de atentados con bombas a hoteles cubanos (que causaron la muerte de un turista italiano) y de varios atentados contra la vida de Fidel castro y otros dirigentes cubanos. En 2000, fue detenido en Panamá con 95 kilogramos de explosivos; por la “gestión” de la embajada norteamericana, Posada Carriles fue indultado por la presidente derechista Mireya Moscoso, en los últimos días de su mandato.


Por ninguno de estos crímenes fue juzgado ni está previsto juicio alguno en los Estados Unidos. Además, los tribunales norteamericanos rechazaron todos los pedidos de extradición presentados por las cortes cubanas y venezolanas para juzgarlo por estos crímenes. En más de una oportunidad, Bush declaró que no “entregaría a Castro o a Chávez” porque no le garantizarían un “juicio justo” a Posada Carriles. Es decir, no le garantizarían a un terrorista anticastrista confeso la impunidad que le garantizan las cortes y los servicios de inteligencia norteamericanos.


La liberación de Posada Carriles anticipa nuevos atentados terroristas contra Cuba y, también, contra Venezuela.


Mientras libera a Posada Carriles, Estados Unidos mantiene presos a cinco cubanos que se habían infiltrado en esas organizaciones para prevenir ataques terroristas contra la isla. A pesar de que ha sido probado de manera contundente que estos ciudadanos cubanos no espiaban a ningún organismo estatal norteamericano, la justicia los condenó por “espionaje contra los Estados Unidos”.


La defensa de las organizaciones terroristas anticastristas (y ahora también antichavistas) es una política de estado del imperialismo.