Un testimonio de la masacre en Pando

Testimonio de una campesina de Pando, Bolivia, sobre la masacre de El Porvenir

“Para salvarme me he tendido en la cuneta. Había un pocito, cerca de un taller me he tapado. La dueña de ese taller me ha ido a tirar una bolsa de basura y me ha tapado y me ha puesto unos neumáticos. Ahí me ha resguardado ella, ahí he estado todo el tiempo de la balacera, estaba mirando y escuchando lo que ellos hablaban:

-Vamos a coger a los dirigentes primero, ellos son los cabecillas -decían ellos, unos brasileros-. Los cogían, traían a los compañeros, los huaskeaban (golpeaban), diciéndoles:

-¡Vas a hablar, gran puta! Quién sos vos, quién te ha traído, el alcalde te ha dado la plata… -Así les preguntaban a ellos.

-Nadie nos ha traído, nosotros hemos venido a otra cosa.

-¡Ah, carajo! Vos no quieres hablar.

Y les tiraban tiros en los pies.

El primero que he visto caer fue un chofer, creo que era dirigente. Estaba abriendo la compuerta del camión cuando le ha entrado un tiro en la pierna. Luego le han dado otro tiro en la barriga. Y así a otros compañeros, les han tiroteado en las piernas, brazos, y así han tenido que escapar. Dicen que los han perseguido para matarlos en el río.

Miraba a mis compañeros que les golpeaban y les daban tiros en los pies. Lo que hice fue persignarme, pedir a la virgencita y pedir al Señor que me proteja y proteja a muchos compañeros que estaban ahí, en un peligro tan grande, y que haga pensar a esa gente que no tiene ni corazón, como si no tuvieran hijos ellos…

Dos noches que no duermo. Ayer todo el día no he tomado ni agua, porque estaba enterrada en medio de la basura hasta las siete de la noche. Luego en una casa, la señora me dijo: acomodate aquí, te voy a dar esta cama. Ahí yo me echado con otro jovencito que estaba ahí, asustado. Hemos amanecido con él, el jovencito temblaba de miedo, temblaba y entonces yo le he dicho: ‘conformate papacito, conformate, dejémosle eso a Dios, todo’. Al jovencito yo le consolaba, pensando en esos niños que han desaparecido y no sabemos dónde están. Que habrán hecho, señor, por eso nosotros queremos rescatar a nuestra gente. Aunque poco a poco están llegando, todavía nos falta mucha gente. Llegaron heridos en sus brazos y sus piernas”.

Testimonio de una campesina de Pando, Bolivia, sobre la masacre de El Porvenir cometida el 11 de septiembre de 2008 por orden del prefecto Leopoldo Fernández, ahora preso en La Paz. Sus declaraciones fueron tomadas el 13 de septiembre y pueden verse en http://bolivia.indymedia.org/node/19071.