“En cuanto crucen la frontera, (los guerrilleros colombianos) serán tratados como enemigos” (El País, 30/3). La rotunda afirmación de Chávez deja pocas dudas respecto del carácter de los acuerdos políticos establecidos en la “cumbre” con Uribe, Zapatero y Lula. No se le puede negar a Chávez un tremendo poder de síntesis.

 

La crisis con Colombia alrededor del secuestro de Rodrigo Granda en tierras venezolanas había terminado con la reafirmación de los acuerdos de seguridad e inteligencia que ambos países habían firmado con anterioridad. Los nuevos acuerdos refuerzan los ya existentes. Venezuela ha adherido a la Convención de represión al financiamiento al terrorismo de la ONU (al igual que Cuba) y a la Convención interamericana contra el terrorismo, de la OEA. Precisamente, las “leyes Rumsfeld” que, bajo la exigencia de Bush, acaba de aprobar el Parlamento argentino.