Una radiografía social y política del PT

Una encuesta realizada en la última convención nacional del PT de Brasil arrojó algunos resultados reveladores: el 74% de sus delegados eran funcionarios del partido o del Estado (parlamentarios, concejales, miembros de gobiernos estaduales y municipales, asesores); el 65% de los delegados tenían ingresos superiores a los 10 salarios mínimos, y en algunos casos, hasta superiores a los 50 salarios mínimos. La conclusión de la encuesta es que “la clase media domina los cuadros petistas (…) los dirigentes del PT son más profesionales, tienen mejor nivel de vida y mayores estudios que cuando el partido fue fundado en el ABC (el cinturón industrial) paulista el 10 de febrero de 1980” (O Estado de Sao Paulo, 4/2).


El ascenso político de la clase media en el PT viene de lejos, pero se ha acelerado en los últimos años: en la convención de 1997, los delegados que ganaban más de 10 salarios mínimos eran el 53% (hoy son el 67%); en la del año pasado, el número de “políticos profesionales” era del 66% (hoy es el 74%).


“Hace tiempo que la clase media está en alza en el PT, especialmente entre sus simpatizantes, en una escalada que comenzó después de la fundación de un partido que nació con ese nombre pero que no se confirmó como partido de trabajadores”, dice el sociólogo Leoncio Martins Rodrigues. “El PT, que hace mucho salió del ciclo del ABC paulista y se aproximó a la clase media cuando conoció la administración pública, se está alejando ahora de los sindicalistas y partiendo hacia alianzas amplias, de una manera pragmática que huele a fisiologismo”, dice otro sociólogo, Gaudencio Torquato. No se refiere sólo a la alianza de Lula con el derechista José Alencar, del Partido Liberal y mayor empresario textil del Brasil, sino también al “intento de Marta Suplicy, gobernadora de San Pablo, de acercarse al PMDB de Orestes Quercia, representante del segmento más retrógrado de la política” (ìdem).


El dirigente petista Jose Genoino defiende el ascenso de la clase media diciendo que “el PT es un partido pluralista”… tan “pluralista” como el peronismo, el radicalismo o el Frepaso, donde los trabajadores y la clase media están abajo y los “políticos profesionales” manejan el partido. Genoino niega que haya una “burocratización del PT” porque, dice, esos delegados fueron elegidos por el voto de 250.000 afiliados. El ex stalinista oculta que esos 250.000 afiliados no eligieron como delegados a trabajadores, campesinos, estudiantes o intelectuales sino a “políticos profesionales”, es decir a burócratas.


Este aparato de funcionarios del Estado y del partido, que domina política y financieramente al PT a través de las dietas, los presupuestos estatales y las “fundaciones”, y cuya política lleva un curso abiertamente derechista, es la expresión de una capa social pequeñoburguesa, que en el cuadro del derrumbe de las condiciones sociales de las masas del Brasil (incluida la clase media) ha resuelto su propia “cuestión social” (es decir, su ascenso y diferenciación social de las masas empobrecidas) mediante la integración al Estado capitalista.