“Una recomposición política de la vanguardia del movimiento obrero”

Reportaje a Franco Grisolía

P: ¿Cómo surgió el Partido de la Refundación Comunista?


FG: El Partido de la Refundación Comunista nació en 1991, como Movimiento por el PRC, en el momento que un Congreso extraordinario del Partido Comunista Italiano (PCI) lo transformó en Partido Democrático de Izquierda (PDS). Fue constituido por la minoría del ex PC, dirigida por Armando Cossuta y Sergio Garavini. Cerca de cien mil miembros inscriptos del viejo PCI, una parte de los cuales había abandonado la militancia en el PCI, adhirieron al movimiento. En este sentido, agrupó a la parte más radical del viejo PCI, del mayor partido de la historia de la izquierda italiana y, además de eso, recogió el apoyo de varios sectores que habían abandonado el PCI desde los años 70. En 1992, en el PRC, se unieron a estos sectores otros dos: la Organización Democracia Proletaria, centrista, semi-reformista, que constituía casi la única referencia a la izquierda del PCI, en la cual estaba la mayoría de los trotskistas. Y finalmente se unieron algunos millares de ex militantes de varios otros grupos de extrema izquierda de los años 60 (maoístas, espontaneístas, obreristas) que, por la crisis de sus organizaciones, habían permanecido desorganizados. Podemos decir, esquemáticamente, que además de otros, más o menos dos tercios de los militantes del PRC vienen del PCI, y un tercio de otras fuerzas de izquierda o de aquellas que habían roto con anterioridad con el PCI.


En ese sentido, para nosotros, la importancia del PRC, no obstante el carácter reformista de su origen y hasta del grupo dirigente, está dado por el hecho de que constituye una tendencia de recomposición política de la vanguardia del movimiento obrero de Italia.


P: ¿Qué llevó a la constitución de la AMR-Proposta?


FG: La AMR-Proposta nació formalmente sólo en junio de 1996, pero en realidad ya existía con compañeros organizados, sostenedores de la revista desde su lanzamiento, en setiembre de 1993. En realidad, la AMR-P representa la continuidad política de un pequeño grupo trotskista nacido en 1974, llamado GBL. Tal grupo, después de 10 años de trabajo político independiente, primero como GBL, después como COR, se unificó con la sección italiana del Secretariado Unificado (SU), desarrollando allí una lucha de fracción y uniéndose, con ésta, a DP (1989), a la espera de una situación de cambios en la izquierda, la que luego llevaría al PRC. El ingreso en el PRC llevó rápidamente a la explosión de una contradicción política entre la línea consecuentemente marxista, revolucionaria y de lucha contra el reformismo, propuesta por nosotros y el oportunismo pablista. Esto llevó a un conjunto de compañeros —entre los cuales algunos no venían de la GBL, sino que se nos unieron en la lucha en la LCR— a la formación de la AMR-P. Antes de actuar de un modo efectivamente independiente de los pablistas, en 1993 lanzamos la revista Proposta y en 1994 ocurrió la ruptura organizativa. En junio de 1995 fuimos reconocidos. Es importante señalar que en estas luchas conquistamos un número superior al que lanzó la revista. Este núcleo, incluso así, constituye hoy mismo el 15% de la AMR-P. En este sentido, creemos haber demostrado en la práctica cómo un programa trotskista puede ser punto de referencia para compañeros provenientes de diversas experiencias políticas. En realidad, son hoy militantes de la AMR-P compañeros que viniendo del viejo PCI, de la DP, de varios grupos trotskistas y, sobre todo, en la última etapa, de nuevos sectores de la juventud que adhirieron al PRC. Podemos decir que nosotros también iniciamos una recomposición política, pero teniendo como eje el marxismo revolucionario.


P: ¿Cuál es el balance que hace de la lucha sostenida en el interior del PRC?


FG: Como dije, siempre consideramos, del principio al fin, al PRC como un partido reformista. Por lo tanto, para nosotros, la cuestión de la oposición a su unidad programática, política y a su grupo dirigente estaba planteada desde el principio. Después que el grupo dirigente del PRC estableció en sus orígenes, de modo demagógico, que uno de sus objetivos fundamentales estaba dado por la refundación del pensamiento y la estrategia comunista, ‘tomamos en serio’ esta afirmación y procuramos presentar los elementos para una verdadera refundación en un sentido marxista. Imposibilitados de presentar un texto autónomo al 1er. Congreso (1992) por el hecho que aún estábamos en la organización pablista, votamos, no obstante, en el Congreso, contra las posiciones mayoritarias y presentamos enmiendas al texto. Ya en el 2do. Congreso (1994) nos presentamos con posiciones alternativas, cuyos tres grandes ejes fueron: 1) la reafirmación de la validez de una perspectiva revolucionaria, reivindicando la experiencia del octubre ruso; 2) la intervención en la lucha de clases con el método de las reivindicaciones transitorias; 3) la polémica con la formación de dicha alianza electoral de los ‘progresistas’, o sea, un frente político con el PDS y los partidos de la izquierda burguesa. Polémica que ligamos a la lucha histórica del marxismo contra todo tipo de coalición de clases y frente popular. Continuamos nuestra batalla unificando, desenvolviendo, el conjunto de nuestras posiciones y propuestas programáticas y políticas, en un texto presentado en 1995 para una conferencia programática del partido que no fue realmente realizada. Al mismo tiempo, denunciamos con una batalla constante, aunque solitaria, la incapacidad del grupo dirigente del PRC para intervenir positivamente en los hechos concretos de la lucha de clases, por ejemplo, y en particular, en relación al gran movimiento de otoño de 1994 contra el ataque del gobierno Berlusconi (Forza Italia) enfrentando el sistema de pensiones. En los dos últimos años, ha sido central para nuestro combate la batalla por la independencia de clase del partido y estuvimos de hecho enfrentando, primero la alianza electoral PRC-Oliveira, y después la extensión de esa política de colaboración y sustento del gobierno capitalista de Oliveira, con el ingreso del PRC a la mayoría parlamentaria del gobierno.


P: ¿Esta lucha fortalece la posición de la AMR-Proposta en el PRC?


FG: Llegamos a crear una pequeña pero significativa tendencia al interior del PRC, que ahora está organizada formalmente en tendencia, y por esto la AMR-P aparece como el motor de un sector más amplio que se reconoce en las posiciones políticas generales sostenidas y levantadas por nosotros en diversos momentos, lo que constituye el tanque de gasolina para la organización de Proposta. El carácter de nuestra fuerza puede ser visto en la lucha contra la posición de la alianza PRC-Oliveira en el verano de 1995, recogimos más de 200 firmas de dirigentes nacionales y regionales, o en la cuestión del gobierno, recibimos también 300 firmas sobre esa misma base. En fin, en una fecha más indicativa y precisa, en el último Congreso de 1996, la minoría tuvo el apoyo de más del 15% en los congresos de base: 8 mil votos (ese porcentaje aumenta si tomamos en consideración los resultados entre los miembros activos del PRC). En este último terreno tuvimos, se puede decir, entre 4 y 5 mil votos sobre un total de 15 a 20 mil; es decir, entre un 20 y un 25% del partido sustenta las posiciones de la minoría. Es verdad que este segmento está constituído por un bloque que reunió a AMR-P y algunas fuerzas centristas. Pero en nuestra opinión, más o menos la mitad del apoyo a la minoría viene de sectores ligados estrechamente a nosotros. Como resultado de esta votación 52 miembros de la dirección nacional, sobre un total de 330, responden a la minoría, de los cuales 21 son de la AMR-P o están cerca nuestro; 13 pablistas; 1 del grupo Foice e Martelo y 17 de grupos diversos.