Una tribuna que escucho y se hizo escuchar

Los varios miles de compañeros que estuvieron en Ferro no fueron, apenas, a escuchar. Fueron también a ser escuchados. A intervenir, a hacer oír su voz. La sistemática intervención de las tribunas, saludando las intervenciones de cada uno de los oradores, fue uno de los hechos más destacados, y politizados, del acto.


La primera ovación llegó con la intervención de César Uscamayta, de la Oposición Trotskista de Bolivia, que fue recibido con decenas de banderas bolivianas, al grito de “¡Fusil, metralla, Bolivia no se calla!”


Los señalamientos de los compañeros Peter Johnson y Adam Richmond sobre la lucha de los revolucionarios norteamericanos contra la burocracia sindical fueron saludados con un grito de batalla bien argentino: “¡Se va a acabar, se va a acabar, la burocracia sindical!”.


La intervención del compañero de la juventud del EEK de Grecia fue respondida al grito de “¡UJS, el socialismo crece!”; y la de los compañeros de Turquía y Palestina, con el de “¡Intifada, carajo!”


La denuncia de los despidos en la Obra Social de los gráficos fue apoyada con el único canto que correspondía a la conducta de la burocracia: “Ongaro, hijo de puta, la puta que te parió”.


Pero la barra de Ferro no sólo cantó en español. Los compañeros Marco Ferrando y Franco Grisolía fueron recibidos con las estrofas de Bandiera Rossa (Bandera Roja), la histórica canción de los comunistas italianos.


Y a lo largo de todo el acto resonaron las consignas piqueteras, las consignas de las fábricas ocupadas, las consignas del Argentinazo. Y otra que es nuestro compromiso hacer cada vez más popular: “A refundar, a refundar, en todo el mundo la IV Internacional.