Chile: Unasur mete la nariz contra la lucha de los estudiantes

Se viene el once de septiembre

Para contener la movilización estudiantil que se incrementa desde hace meses en Chile, el presidente Piñera convocó el sábado 3 de setiembre a los dirigentes estudiantiles. Por fuera de la reunión quedó, sin embargo, la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Aces), la que realizó una protesta frente a La Moneda mientras se desarrollaba la reunión. El ministro de Educación, Bulnes, advirtió que la convocatoria implicaba una concesión inadmisible al movimiento de lucha. Además de los reclamos contra “la educación del lucro”, Chile discute la convocatoria a un plebiscito sobre la educación y la convocatoria a una Asamblea Constituyente, cuya agenda incluiría la modificación del régimen político que dejó Pinochet, el cual ha sido protegido por todos los demócratas por casi un cuarto de siglo. Los reclamos de los estudiantes exceden el marco inmediato y ponen en la agenda el conjunto de la situación política.

Un socio de la Unasur

Dos días antes de concretada la reunión, la presidente de la Confech, Camila Vallejo, realizó un viaje promocionado por la Unión de Estudiantes de Brasil, adscripta al gobierno. La Confech integra la Federación de Estudiantes de América Latina, igualmente manejada por los gobiernos de centroizquierda. La presidenta de Brasil, Dilma Roussef, le concedió una entrevista, que no puede interpretarse sino como un dique de contención en defensa de Piñera, un socio del objetivo más preciado de la burguesía brasileña y de la diplomacia del país: la Unasur. La Comisión de Derechos Humanos de la Cámara brasileña se solidarizó con la lucha de los estudiantes chilenos. Vallejo participó de una manifestación de respaldo a la gestión de Roussef, con carteles que reclamaban un aumento de la inversión en educación.

El viaje de Vallejo a Brasil es un reflejo del crecimiento de la intervención continental en Chile para intentar dar una salida a la crisis abierta por las movilizaciones estudiantiles, así como una expresión del respaldo firme del PC chileno y del castrismo a la construcción política-económica-militar de Brasil en Sudamérica. En Perú, Brasil armó un operativo para volcar al electo Ollanta Humala a los proyectos interoceánicos de la burguesía brasileña y a una industria militar tercerizada con su vecino. Lo mismo ocurrió con el reconocimiento del gobierno golpista de Honduras o la digitación del presidente de El Salvador.

Sacar a Piñera del rincón

A la salida de la reunión con Piñera, Vallejo creyó necesario concluir que “se demostró en esta instancia mucha voluntad de avance, y eso es lo importante de señalar”. La reunión, sin embargo, no produjo ningún avance significativo. Hubo un reconocimiento al derecho constitucional a la educación, a los derechos de los pueblos originarios y un aumento de los aportes del Estado a las universidades. Piñera se mostró dispuesto a estudiar el congelamiento de los aranceles y aumentar los subsidios del Estado a las universidades. Piñera explicitó, sin embargo, su rechazo a terminar con el lucro en los diferentes niveles educacionales y eliminar a la banca privada del financiamiento, así como también rechazó reemplazar el sistema municipal por otro dependiente del Estado nacional. Más allá de esta verborragia, sólo se consensuó la formación de comisiones. Una tregua de neto carácter político para sacar al gobierno de las cuerdas. Atrás del escenario, los partidos están negociando una modificación del régimen electoral para que dé cabida a terceros partidos.

Giorgio Jackson, de la Federación de Estudiantes Universitarios de Chile (Feuc) señaló que “nosotros tampoco queremos la estatización completa: queremos educación fortalecida. Por lo tanto, cuando (Piñera) dice que apuesta por un sistema mixto, no estamos en contra; estamos en contra cuando se lucra con ella”. Contradicción flagrante. La intervención continental apunta a abandonar las banderas de una educación gratuita financiada por el Estado, que no aplica ningún gobierno de América Latina, con la excepción (en vías de extinción) de Cuba. La educación argentina, por ejemplo, se desarrolla ligada íntegramente a los intereses empresariales (prácticas preprofesionales obligatorias que no se pagan, cesión de patentes a las empresas, planes de estudio de acuerdo a sus intereses, descalificación del título de grado).

En medio de las negociaciones, el gobierno ingresó al Parlamento un proyecto que reduce las tasas de interés del crédito con aval del Estado de un 5,3 al 2%. Los créditos podrán también ser otorgados por cajas de compensación y compañías de seguros. El tiempo concedido por los dirigentes estudiantiles es usado por el gobierno para avanzar en medidas parciales o inocuas para desarticular la movilización estudiantil.

Los dirigentes estudiantiles acordaron integrarse a tres mesas de trabajo que durarán hasta fin de mes. La propuesta de los dirigentes de suspender hasta esa fecha las medidas de acción directa en señal de luto por la tragedia aérea en la isla Juan Fernández fue rechazada en las asambleas, que ratificaron un nuevo paro estudiantil para este jueves 8.

El 11 de septiembre se cumple otro aniversario del derrocamiento de Allende, que promete ser una jornada que pondrá de manifiesto la tendencia revolucionaria que vuelve a aflorar en el pueblo chileno.

La crisis mundial

Los bancos han recibido más de dos billones de pesos (más de 4.000 millones de dólares), entre enero y julio de este año, por el cobro de intereses y reajustes de créditos de consumo e hipotecarios, de acuerdo con las cifras de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF).

El precio del cobre, el primer ingreso de Chile, bajó un 6 por ciento respecto del mes anterior como resultado de la volatilidad de los mercados a nivel mundial y creció la tasa de desempleo de Chile llegando a un 7,5 por ciento.

En este contexto, la Confederación Nacional de Funcionarios de Salud Municipalizada (Confusam) ratificó por unanimidad el llamado a paro nacional de la salud municipal para los días 13 y 14 de septiembre.

Las contradicciones sociales son aceleradas por la crisis mundial en curso. Los intentos de desviar la movilización popular hacia salidas parlamentarias chocarán inevitablemente con un movimiento popular que ha tomado nota de su fortaleza rebalsando las calles de Chile durante los últimos meses.