Unidad obrero-estudiantil por el salario mínimo


El 15 de abril, en consonancia con la fecha tope de declaración de impuestos al fisco, los trabajadores de las cadenas de comidas rápidas (fast-food) de Estados Unidos desarrollaron protestas en 230 ciudades norteamericanas reclamando una duplicación del salario mínimo. Cerca de 1.000 trabajadores protestaron frente al McDonald's de Brooklyn, en Nueva York. La jornada atrajo a otros sectores precarizados como los trabajadores de salud a domicilio. También se unieron a las protestas docentes y aeronáuticos. La jornada tuvo réplicas en muchos países del mundo, incluyendo huelgas y protestas en Finlandia, Nueva Zelanda y Japón, entre otros.


 


El proceso de lucha iniciado en 2012 por un salario mínimo de 15 dólares, del que esta jornada ha sido la más importante, llevó a McDonald's a prometer un aumento de 7.25 a 9 dólares, pero con una trampa: no contempla a los 660 mil trabajadores de las franquicias, que constituyen el 90% del personal. En una decisión que un analista calificó como “preventiva” frente al malestar y recurrentes protestas de los empleados, Wal Mart finalmente resolvió el aumento a 9 dólares.


 


Además del sector más precarizado de los trabajadores norteamericanos, estos meses han protagonizado prolongadas huelgas los portuarios y petroleros. Atomizada debido a un insuficiente acuerdo marco suscripto por la dirección sindical de USW, esta última huelga persiste en algunas empresas.


 


 


Unidos y adelante


 


Un día antes de la jornada nacional, en la ciudad de Boston, resonó el reclamo de un salario mínimo de 15 dólares en una jornada organizada por las principales organizaciones sociales, de derechos humanos, igualdad de género y de justicia social de la ciudad, sumadas asociaciones laborales docentes, de enfermeros, trabajadores de comida rápida, supermercados, aeroportuarios, y organizaciones juveniles y universitarias.


 


Paneles, debates y actividades conjuntas de los sectores trabajadores que reclaman el mínimo de 15 dólares la hora, junto a docentes y estudiantes, se han venido llevando a cabo durante los últimos meses en las principales universidades; “por el salario mínimo, por el derecho a sindicalizarse, contra la desigualdad, por el acceso a la educación gratuita y contra la discriminación contra las mujeres, las personas de color y los inmigrantes”, “ya sea trabajando para poder solventar nuestros estudios o enfrentando el endeudamiento masivo, los estudiantes entendemos de primera mano la necesidad de mejorar las condiciones laborales en este país. Es tiempo de accionar”, dice un comunicado de Students United Fight For 15 (26/3), al que adhieren las organizaciones estudiantiles por la igualdad de género y colectivos negros de la universidad de Boston, estudiantes de la universidad de Emerson, Harvard Student Labor Action Movement, estudiantes de la universidad de Lesley por justicia social, estudiantes de Massachusetts College, estudiantes de la universidad de Northeastern, Northeastern University Students for Justice in Palestine y Northeastern University Socialist Alternative.


 


1,2 billones de dólares es el acumulado de la deuda de quienes estudian con préstamos estatales. El gobierno federal recauda 66.000 millones de dólares anuales en concepto de intereses de préstamos estudiantiles, “el Estado se financia a expensas de los estudiantes mientras banca las lagunas fiscales de los millonarios y las petroleras que se la llevan en pala” había admitido una senadora demócrata hace exactamente un año. Los reclamos obreros y estudiantiles tienen una base común. 


 


Viva la lucha conjunta de la clase obrera y los estudiantes norteamericanos.