Uruguay: El Frente Amplio ‘purga’ izquierdistas

El edil frenteamplista Jorge Zabalza fue forzado por su propia bancada a abandonar la presidencia de la Junta Departamental (JD), la legislatura de Montevideo, antes de haber cumplido la mitad de su mandato anual. Zabalza actuaba en representación del Movimiento de Participación Popular (MPP), que integran los ‘Tupamaros’ y otros grupos menores. Lo que detonó su ‘salida’ fue su resistencia a la privatización del Hotel Carrasco. Sectores que responden al intendente Arana y al senador Astori han amenazado, incluso, con que “el MPP vota la privatización del Hotel Carrasco o hay que excluirlo del FA”(Mate Amargo, 21/8).


Al cierre de esta edición, en el propio MPP estarían levantando cabeza quienes plantean dar un ‘paso atrás’ para no hacerle el juego a los que tratan de”atacar al intendente Mariano Arana, y poner piedras en la senda de su gestión” (Mate Amargo, 4/9). Las bancadas de los partidos ‘tradicionales’cuestionan por “errores de procedimiento” la concesión, y se niegan a votarla: “Arana necesita su voto (el de Zabalza) para desempatar” (ídem) en la JD. Así, la Democracia Cristiana, que integra el FA, sostuvo que “el MPP y el edil Zabalza se transforman en instrumentos” de aquellos partidos (La República, 6/9). El senador Helios Sarthou, líder ‘histórico’ de los Tupamaros, “ha planteado la posibilidad de convocar a un plebiscito sobre el punto”, con el fin, según los anteriores sectores citados del MPP, de aguardar “la correlación de fuerzas que surja de (los próximos) comicios” del FA”y las posiciones de poder que ella determine en la interna” (ídem). La Vertiente Artiguista, que milita en la derecha del FA (a la que se sumó el abiertamente Partido Comunista en torno al asunto Zabalza), se niega a conceder plazo al MPP “más allá del jueves 11”, planteando que de no sumar su voto en la JD “rompe su vinculación con el Frente Amplio” (Brecha, 5/9). Así, esta publicación, vocero de los sectores derechistas del FA, sostiene que”el desenlace más previsible, a juzgar por el tono de los enfrentamientos, es que se quiebre algún brazo” (ídem).


El general Seregni ha dicho que Zabalza y el MPP deben cumplir “estrictamente” los mandatos del FA y “votar en forma obligatoria” la privatización,”después de haber recorrido las instancias que hacen a la democracia interna” (La República, 6/9). Curioso ejercicio hacen los Seregni y los Astori de los ‘procedimientos’ democráticos. Frente a la reforma constitucional, la privatización de la seguridad social o la ley de inversiones extranjeras, hicieron valer el ‘pluralismo’ y sus ‘derechos democráticos’, votando junto a los partidos ‘tradicionales’ contra los ‘mandatos’ del FA. Ahora, en cambio, pretenden aplicar el ‘centralismo democrático’ con los díscolos. Los argumentos de esta mayoría del FA tiene características de provocación ‘menemista’: el edil del FA, Eduardo Bejar, que responde a Astori, acusó a Zabalza de “mantener la misma teoría foquista de los años 60”, atacándolo, además, por promover “sucesos como el copamiento de Pando”, una movilización de vecinos en defensa de la vivienda (La República, 23/8). “El dirigente tupamaro ha contestado —informa la agencia de Ambito en Montevideo— negando la acusación de instigación a la ocupación ilegal de terrenos y precisando que su oposición a la privatización del Hotel Casino Carrasco está referida exclusivamente al casino, por entender que el juego de azar debe ser controlado por el Estado” (26/8).


¿Por qué, entonces, tanto empecinamiento en ‘castigar’ a esta ‘izquierda’, que ha dado sobradas pruebas de sometimiento a la ‘unidad’ con los derechistas, al punto que Zabalza —¡en medio de la ‘excomunión’!—, en su carta de renuncia, “resalta … la tolerancia y la amplitud de que ha hecho gala esta bancada de ediles” (La República, 26/8).


Es evidente que no hay una cuestión de divergencias ‘ideológicas’. Así lo reconoce, por ejemplo, Brecha, cuando dice que “las principales fuerzas frenteamplistas reducen a matices las diferencias programáticas” (29/8). Aunque “hace casi ocho años que estamos gobernando la mitad del país” con el apoyo de esa ‘izquierda’, dice en Brecha un defensor suyo (22/8); ahora, en vistas a los comicios nacionales del 99, actitudes como la de Zabalza “daría(n) ‘señales muy claras de que tendría enormes dificultades para gobernar el país’…”, opinan otros dirigentes frenteamplistas (ídem, 29/8).


La ‘izquierda’ frenteamplista, a pesar de la provocación, sin embargo, sigue comiendo vidrio. Con una actitud que “no (busca) alterar una coexistencia que necesariamente debe ser pacífica” (!), dice Brecha (29/8), esta ‘izquierda’ se apresta a intervenir en las elecciones internas del FA de fines de septiembre. En el documento de lanzamiento de la lista que proclama, ratifica su compromiso “para que la voluntad popular lleve al FA al gobierno en el 99” (Mate Amargo, 28/8). Es decir, para permitir que se burle pérfidamente la voluntad popular, en nombre de “un proyecto nacional de reactivación agroindustrial asegurando la reinversión y permanencia en el país de la riqueza productiva” (ídem), esto es, de salvataje de la burguesía uruguaya.


Las ‘internas’ son ‘abiertas’ y serán seguramente un instrumento de la derecha, para torcer aún más la voluntad del FA, en función de los intereses capitalistas que expresa.


¿Llegará el FA a la exclusión de esa ‘izquierda’ o ésta tomará toda la cicuta frenteamplista? Lo más probable es que presenciemos primero toda una serie de variantes intermedias. En Uruguay está planteada, al rojo vivo, la necesidad de estructurar profundamente un movimiento obrero y antiimperialista consecuente, sobre la base de la delimitación más estricta con esa ‘izquierda’.