Uruguay: El VI° Congreso del PIT-CNT

El VIº Congreso del PIT-CNT culminó con la votación de la nueva Mesa Representativa, por primera vez en su historia, mediante listas y voto secreto.


La lista de la ‘izquierda’ fue la más votada (obtuvo 12 de los 35 cargos de la Mesa), pero el bloque conformado por las listas que obtuvieron el segundo y tercer lugar —la derecha sindical (PS, Asamblea Uruguay) y el PC— cuenta con una sólida mayoría (21 cargos). La ‘nueva’ Mesa, por lo tanto, no se diferencia en mucho de la ‘vieja’.


El VIº Congreso del PIT-CNT, sin embargo, abre una nueva etapa en el proceso de burocratización de la central obrera uruguaya, y de subordinación de la clase obrera a la burguesía.


‘Cenetización’


Con la votación por listas, la derecha sindical y el PCU pretenden hacer lo que no pudieron con sus fracasados intentos de ‘reforma’ de los Estatutos: destruir lo poco que queda en pie del viejo PIT.


El PIT (Plenario Intersindical de Trabajadores) surgió a partir de la reconstrucción de los sindicatos y el ascenso de las luchas bajo la última dictadura. Se organizó como un plenario de sindicatos de base, reflejando las tendencias combativas de la joven vanguardia obrera que luchaba contra la dictadura. En los hechos, pasó a ocupar el lugar de la CNT, la central sindical que, bajo la dirección del stalinismo, había llevado a la derrota la huelga general de 1973 contra el ascenso de los golpistas. Desde entonces, comenzó un convulsivo proceso de burocratización del PIT (rebautizado PIT-CNT).


Para coronar este proceso, que ya lleva más de una década, la derecha sindical surgida de la debacle del PCU y que levanta posiciones abiertamente patronales y proimperialistas, reclamó la ‘reforma de los Estatutos’. Aunque fracasó en imponer la ‘reforma’, logró imponer la elección de una dirección permanente, mediante listas, en oposición a un plenario o a una directiva representativa de sindicatos.


Preparándose para ‘co-gobernar’


La posibilidad del acceso del FA al gobierno obligó a la burocracia sindical a acelerar este proceso.


El dirigente bancario Blasina (socialista) es cristalino: “el rol que puede jugar el movimiento sindical en el ‘sostén del gobierno popular’ es ‘absolutamente imprescindible’ … ” porque ” … ‘las demandas de los trabajadores y del conjunto de la sociedad’ serán exigidas de forma ‘espontánea, si es que no logramos canalizarlas. Puede ser también dramático para un futuro gobierno que (aspira) a contemplar las demandas populares el hecho de una especie de ofensiva reivindicativa … un poco desatada o librada casi a la acción espontánea’ …” (Búsqueda, 2/5).


En pocas palabras, la burocracia sindical se prepara para ‘co-gobernar’, es decir, para maniatar al movimiento obrero frente el eventual gobierno de Vázquez.


El PCU


El partido comunista salió profundamente dividido del VIº Congreso. Sus militantes desconocieron el mandato del partido, tanto por la izquierda (lácteos) como, mayoritariamente, por la derecha, y fueron en las cuatro listas que se presentaron.


El PCU es una víctima de su propia política. En su informe al último Congreso, se afirmaba: “hoy el camino al socialismo en el Uruguay pasa, inexorablemente, por la concreción de un gobierno con el FA como fuerza vertebral y tiene por ello, para nosotros, carácter estratégico”.


La izquierda


La ‘izquierda’ (MLN y MPP), por su parte, se limitó a oponerse a la ‘reforma estatutaria’, sin levantar una estrategia de lucha frente al gobierno. El ala izquierda del FA y del PIT-CNT es otro rehén de su propio sometimiento a Vázquez, al que supuestamente habría que “apoyar con la movilización” para que “pueda cumplir con su programa” … justamente, cuando el programa de Vázquez –pago de la deuda externa, flexibilización, privatización– es proimperialista y antiobrero hasta los tuétanos.


Sólo el SAG (gráficos) levantó una plataforma reivindicativa y un plan de lucha, como política para el movimiento obrero, en oposición al ‘pacto social’ que promueve la derecha sindical.


Perspectivas


El VIº Congreso, sin embargo, no ha resuelto nada para la derecha sindical. No logró alterar sustancialmente la antigua composición de la Mesa Representativa que, además, sigue integrada de acuerdo al criterio de “un sindicato, un voto”.


La crisis de la central sindical uruguaya, por lo tanto, va a continuar en el futuro. Es imprescindible que los activistas obreros y de izquierda discutan y comprendan el proceso de burocratización sindical, y de subordinación a la perspectiva del gobierno del Frente Amplio.