La izquierda ganó las elecciones departamentales en Uruguay.” Palabra más, palabra menos, así se refirió la prensa de ambas orillas del Plata a la victoria de los candidatos del FA-EP-NM en las elecciones municipales del pasado domingo 8. Pero quien ganó estas elecciones, sin embargo, no es “la izquierda” sino un amplio frente de partidos, tendencias y personalidades que incluye no sólo a elementos derechistas provenientes de los partidos tradicionales (particularmente, políticos locales del interior que tienen la particular habilidad de acercarse adonde “calienta el sol” del presupuesto nacional), sino también a elementos abiertamente ultraderechistas con pasado dictatorial. Tal es el caso del edil Alcorta, cabeza de una de las listas de la “izquierda” en Maldonado.

 

Con la sola excepción de Montevideo y Canelones, el FA-EP-NM presentó dos y hasta tres candidatos, en algunos casos abiertamente hostiles entre sí. Las “candidaturas múltiples” sirvieron para dar cabida a las “nuevas figuras” de los viejos partidos e, incluso, llevarlas al gobierno con el voto tradicional de la izquierda. La trampa del voto múltiple que la izquierda había rechazado tantas veces en el pasado.

 

La elección de Maldonado, donde se asienta Punta del Este, “un departamento donde hay 10.000 millones de dólares invertidos y una entrada permanente de capitales” (Brecha, 13/5), es ilustrativa. Se impuso Oscar de los Santos, un ex comunista, ex pintor de obras, ex dirigente del Sunca (gremio de la construcción), respaldado por la Alianza Progresista. Derrotó a Darío Pérez, también candidato del FA-EP-NM, “indiscutible caudillo de masas de la izquierda (en Maldonado) [que contaba] con el respaldo del 80% de los partidos del FA” (ídem).

 

¿Cómo se consagró De los Santos? Gracias al “aporte clave” del colaborador de la dictadura, Alcorta, toda vez que la sumatoria de los votos del lema FA-EP-NM superó estrechamente al lema blanco. Al mismo tiempo, De los Santos logró ser el candidato más votado dentro del FA-EP-NM gracias al respaldo de Juan Carlos López Mena, el dueño de Buquebus. En el acto de cierre de su campaña, Darío Pérez calificó a De los Santos como “el candidato de Buquebus” (ídem). Haciendo honor a sus compromisos previos, De los Santos convocó inmediatamente a “los actores privados” (Buquebus, los pulpos inmobiliarios, etc.) a formar un “Consejo Departamental de Turismo”. Durante la campaña, De los Santos se había destacado, entre todos los candidatos, incluidos los de los partidos tradicionales, por sus declaraciones de “apoyo” y “respeto” a la “iniciativa privada” y a las “inversiones externas”.

 

Maldonado no es una excepción. En Paysandú fue “decisivo” el aporte del ex edil blanco Jorge Dighiero (ídem). En Salto, ganó un hombre de la Democracia Cristiana. En Treinta y Tres, ganó el candidato del FA-EP-NM gracias al “claro vuelco de una importante cantidad de adhesiones del sector de Campanella (blanco)” (ídem). En San José, donde fue derrotada, la “izquierda” se presentó en alianza con el ex intendente blanco Jorge Cerdeña.

En todos lados, el FA-EP-NM se presentó como el “partido del orden”. Por eso, una comentarista de Brecha (13/5) dice mucho más de lo que imagina cuando afirma que “el EP-FA se transformó en el principal partido del sistema”.