A una semana de las elecciones en Brasil, y en el marco de la jornada internacional #Ele Não, agrupaciones del movimiento de mujeres, de la diversidad sexual, del movimiento estudiantil, sindicatos y partidos de izquierda se concentraron frente a las inmediaciones de la embajada en Montevideo para repudiar al candidato ultraderechista  Jair Bolsonaro del Partido Social Liberal (PSL).

Participaron, entre otros, el Colectivo Marielle Franco, el Partido de los Trabajadores, la agrupación de mujeres Pan y Rosas de Uruguay, Plenaria Memoria y Justicia (que llamó a la movilización contra los avances represivos que se dan en Uruguay), representantes de los colectivos indígenas, de la Corriente de Trabajadores Socialistas (CTS) y agrupaciones universitarias como la 1°de Mayo-FEUU, que hizo un llamado a “la organización de manera independiente  de todos los partidos que promueven y que no combaten el avance de los grupos golpistas, los ajustadores, de la burguesía y del capital internacional, para enfrentar los distintos ‘mandos militares’ que han tomado la palabra y que están tomando cada vez más control”.

Una proclama, leída en portugués y en español, puso énfasis en la importancia de que Bolsonaro no llegue al poder. 

El Partido de los Trabajadores de Uruguay, por su parte, subrayó que la única forma de derrotar el ascenso militarista es con los métodos históricos de la clase obrera, la movilización, la huelga general y la organización de grupos de autodefensa del movimiento obrero.

“Por la lucha de todos los trabajadores, la defensa de las conquistas y la colocación de una perspectiva de gobierno de trabajadores y la unidad socialista de América Latina en la cual podamos terminar con los Bolsonaro, los Trump y con todo régimen burgués imperialista que domine nuestros países y nuestros pueblos”, señaló Rafael Fernández, dirigente bancario y  del Partido de los Trabajadores (PT).

Un gobierno encabezado por Bolsonaro implica un intento de avance en la militarización de Brasil, y en la presión del Ejército a los poderes del Estado, se trata de un gobierno militar con cierta especie de traje ‘democrático’. Su política se encuentra al servicio del Pentágono con planes de una intervención militar en Venezuela, lo que plantea una subordinación en regla al imperialismo norteamericano, y a partir de la privatización de Petrobras y de todas las empresas públicas una entrega de los principales recursos naturales.

Las movilizaciones que se han gestado en los últimos días no solo se han dado regionalmente sino a escala internacional lo que pone de relieve la solidaridad de clase de los explotados a nivel mundial. Esta es una lucha de todos los trabajadores, de toda América Latina.

¡Viva la lucha de los trabajadores y pueblo brasileño contra Bolsonaro y el avance derechista! Por un gran movilización continental.

 

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