Vaticano, derrumbe sin retorno

"El Papa corre riesgos, lo pueden matar… envenenar". La advertencia, tres meses después de la consagración de Bergoglio, corresponde a un muy conocido y popular cura genovés (Paolo Farinella), conocido por su lenguaje llano y sin vueltas. Su comentario acompañó las notas de primera plana en la prensa italiana que informaban, días atrás, la admisión del Papa sobre la existencia de una red de corrupción en el Vaticano, conocida como el "lobby gay". Están en juego oscuros y millonarios negociados promovidos por el Banco del Vaticano. La confesión del pontífice fue filtrada luego de una conversación con religiosos latinoamericanos, que el Vaticano nunca desmintió. Por eso, los diarios de Italia señalaron que el asunto estalló como una "bomba".


La corresponsal de La Nación recoge la opinión de los vaticanistas de que se acabó la "luna de miel" del nuevo Papa. El diario Il Fatto Quotidiano informa que la fiscalía de Savona investiga, desde hace dos años, la posibilidad de que dentro del Vaticano hayan tenido lugar fiestas sexuales con menores de edad, a quienes se les habría pagado para asistir a las orgías. Las conclusiones de la fiscalía, a punto de concluir sus pesquisas, serían explosivas. No es la primera vez que se habla de presuntas orgías en el Vaticano. Varias escuchas telefónicas realizadas por orden judicial contra Angelo Balducci, un ex gentilhombre del Vaticano, responsable de una amplia red de comisiones ilegales, revelaron que les pagaba a seminaristas para mantener relaciones sexuales con ellos. El Papa admitió que la situación lo sobrepasa, por lo cual encargó a una comisión de obispos encarar el asunto de la corrupción vaticana.


Las iniciativas que eventualmente tome Francisco harán saltar el pus de la podredumbre. Los compromisos posibles para resolverla estarán dictados por los propios acontecimientos. El jefe de los teólogos progresistas, el alemán Hans Kung, plantea que la única "salvación para la Iglesia" es la abolición del dogma sobre la infalibilidad del papado, la introducción de la elección popular de curas y obispos, la abolición del celibato y el acceso al sacerdocio de las mujeres.


La ilusión de Kung no invalida el diagnóstico: el derrumbe del Vaticano no tiene retorno.