Venezuela, ante otra bancarrota bancaria

Cuando todavía no se ha recuperado del colapso bancario del año pasado, Venezuela se encuentra ante una nueva bancarrota. Tuvo que intervenir al Banco Empresarial, debido a que su inminente quiebra podría arrastrar a otros bancos.


El Empresarial es el decimoséptimo banco intervenido o estatizado desde enero de 1994, cuando el hundimiento del Banco Latino, el principal del país, desencadenó una cadena incontrolable de quiebras bancarias. El salvataje de la banca privada le insumió al Estado venezolano más de 7.000 millones de dólares en apenas un año, “en lo que a escala se considera el descalabro bancario más grave del mundo” (El Mercurio, 25/8). La emisión de moneda necesaria para esos rescates, explica el crecimiento descontrolado de la inflación (70% en todo 1994, 25,5% en julio de 1995); la desaparición del crédito, a su vez, ha provocado una recesión que ya lleva tres años de duración y un aumento descomunal del desempleo..


El hundimiento venezolano es muy instructivo. A principios de la década del 90, los bancos fueron los intermediarios privilegiados del masivo ingreso de capitales especulativos. Cuando esos capitales se fueron, los bancos se desplomaron arrastrando tras de sí a toda la economía venezolana.


En Venezuela, el Banco Central tiene la posibilidad de intervenir para rescatar a los bancos (lo que legalmente no ocurre en Argentina), pero esto no impidió el hundimiento generalizado de éstos. Tampoco en México, donde el gobierno se vio obligado a “reestatizar” de hecho los bancos que había privatizado poco tiempo atrás, para evitar su derrumbe, o en Brasil, donde están intervenidos los mayores bancos. Estamos en presencia de una “ola de quiebras bancarias latinoamericanas”, como señala el Financial Times en un editorial, que no hace distinciones entre “planes” económicos, llámense Cavallo, real, mexicano o venezolano. A esto hay que agregar el derrumbe bursátil del último “mercado emergente” continental –el Perú de Fujimori.