Venezuela: elecciones estratégicas


En la recta final de las elecciones parlamentarias, el cuadro económico venezolano es lapidario.


Con 27.000 millones de dólares en pagos de deuda externa en sólo dos años, las reservas se encuentran exangües. La inflación ha pulverizado el salario. Como sostenía un artículo de Prensa Obrera 1378, “objetivamente, la revolución bolivariana ha llegado a su final: diversos avances sociales, pero también nacionales (recuperación de PDVSA), están siendo arrasados por la marcha de la crisis”.


Estado de excepción y elecciones


En este escenario de derrumbe económico, el gobierno ha cerrado una parte de la frontera con Colombia y ha procedido a la deportación de ciudadanos de ese país. La medida se ampara en el paramilitarismo colombiano y en el problema del contrabando fronterizo. Pero apunta, sobre todo, a encuadrar los comicios parlamentarios dentro de un estado de excepción y restricción de libertades.


Las encuestas más serias auguran un triunfo rotundo de la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD), donde ha prevalecido la línea del “moderado” Capriles de enfrentar al gobierno en las urnas en lugar de en las barricadas. Un triunfo opositor cambiaría la composición en el parlamento y podría allanar el terreno para un referéndum revocatorio contra Maduro.


El caso Leopoldo López (dirigente derechista condenado recientemente a 14 años de cárcel), que formaba parte del operativo de polarización electoral del régimen, se ha transformado en un búmeran para el chavismo, con una fractura dentro del aparato de gobierno. Franklin Nieves, el fiscal del caso, se fugó a Miami y señaló que el gobierno le ordenó inventar pruebas para garantizar la acusación. A la par de esto, se desenvuelve una especie de cerco judicial contra el chavismo: dos familiares de Maduro fueron detenidos por la DEA, acusados de contrabando de drogas.


En la oposición prima un sentimiento de victoria, que se ha visto reforzado por el triunfo de Macri en las elecciones argentinas. Los medios opositores han celebrado como propia la victoria de Cambiemos, entusiasmados con un posible giro regional.


El papel de arbitraje de las fuerzas armadas se reforzará ante el desmoronamiento del régimen político. Aunque las fuerzas armadas son chavistas, ambos campos apelan a ellas. Si Maduro ha dicho que en caso de una derrota no entregará la “revolución” y habló de “unión cívico-militar”, que podría ser una sutil alusión a un auto-golpe, un columnista del opositor El Nacional asegura que “nuestra Fuerza Armada siempre ha sabido interpretar el sentimiento nacional (8/11). La expectativa de estos sectores es producir un quiebre dentro de las fuerzas.


Izquierda


La izquierda, sin excepción alguna, ocupa una lugar marginal en medio de este escenario dominado por la polarización entre el chavismo y la oposición. Esto se ve potenciado por un cuadro de reflujo del movimiento obrero.


La subordinación de la mayoría de la izquierda al chavismo o a la oposición burguesa ha conspirado contra el desarrollo de una fuerza revolucionaria capaz de terciar en la crisis actual. El Partido Socialismo y Libertad (PSL), que en los últimos comicios presidenciales presentó la candidatura independiente de Orlando Chirino, delimitada del chavismo y de la oposición, ha desarrollado esta vez acuerdos electorales en diferentes distritos con fuerzas abiertamente chavistas (como Marea Socialista) o que han integrado la MUD (como Bandera Roja), bajo la orientación de llevar “voces de lucha” a la Asamblea Nacional. El alejamiento de Marea Socialista del PSUV chavista no expresa una evolución de esta corriente, que aún sostiene que no hay cambio posible por fuera del chavismo. Lo mismo vale para el distanciamiento de los estalinistas de Bandera Roja de la MUD, para quienes Maduro sigue siendo el 'enemigo principal' (“el peligro más grave para Venezuela”, según su declaración del 5 de noviembre), llaman a la “unidad nacional” contra el chavismo en nombre de una “reconstrucción moral”, y en competencia con la MUD aseguran que -dado que asistimos a una elección legislativa y no ejecutiva- votar por sus listas “no cambiará el resultado nacional del número de diputados que enfrenten al régimen” (artículo del 28/10). Lo que insinúa es que, en el caso hipotético de que accediera a una banca algún representante de Bandera Roja, podría sumarse a la oposición derechista en la votación del referéndum revocatoria. Opción Obrera, integrante de la CRCI, ha cuestionado estas alianzas “variopintas” y ha llamado al voto nulo.


El agotamiento de los gobiernos nacionalistas y la necesidad de una salida socialista plantean la actualidad de una Conferencia Latinoamericana de la izquierda revolucionaria.