Venezuela: fracasa la politica nacionalista

Los límites del nacionalismo de Chávez han quedado en evidencia con la acelerada crisis de su gobierno.


Cuando asumió la presidencia, hace 16 meses, el país se encontraba en recesión; Chávez anunció que sacaría adelante el país con los ingresos de las exportaciones petroleras, cuyo precio comenzaba a subir en los mercados internacionales. Hoy, los precios del petróleo son los más altos de los últimos diez años pero la recesión se ha agravado. Desde que asumió Chávez, la desocupación se ha duplicado y alcanza (entre desocupados y subocupados) al 50% de la población; casi el 90% de la población está por debajo de la línea oficial de pobreza (Gazeta Mercantil Latinoamericana, 23/4).


¿Cómo se explica tan fenomenal fracaso?


El aumento internacional de los precios del petróleo no obedeció a una mayor demanda (la economía mundial está estancada) sino a una reducción de la producción de los principales exportadores resuelta por la Opep, con el voto favorable de Venezuela. La producción venezolana se redujo en un 20% por las órdenes del propio gobierno. Se cerró la mitad de los pozos, se redujeron las inversiones y se despidió a 8.000 trabajadores petroleros. La huelga de los petroleros contra los despidos fue ilegalizada por Chávez.


Las consecuencia fueron demoledoras: la reducción de la producción petrolera es la principal causa de la caída del PBI y de la recesión (Business Week, 6/3).


Como las compañías extranjeras no están obligadas por las resoluciones de la Opep, toda la reducción recayó sobre la compañía estatal (PDVSA). El daño que ha sufrido esta compañía “es irreversible en el corto plazo”: aunque su producción se redujo en unos 625.000 barriles diarios en 1999, ahora sólo podría ser aumentada en unos 150.000 porque muchos de los pozos cerrados no podrán reabrirse (Financial Times, 6/4). Mientras tanto, las compañías extranjeras, produciendo a plena capacidad, embolsaron grandes beneficios con el aumento del petróleo.


En resumen, los grandes beneficiarios de la “política petrolera” de Chávez han sido los pulpos extranjeros radicados en Venezuela; los grandes perdedores han sido la empresa estatal PDVSA, sus trabajadores y las masas empobrecidas del país. En otras palabras, el nacionalismo ha servido para aplicar una política que ningún otro gobierno hubiera podido llevar adelante por la resistencia popular.