¡Victoria estudiantil contra la reforma uruguaya!

La impresionante movilización de la juventud estudiantil que ha conmocionado al Uruguay, culminó con una  victoria contra los planes de ‘reforma educativa’ dictados, como aquí, por el Banco Mundial.


Un volante de uno de los principales liceos —el 10— que estuvo a la cabeza del movimiento, señala que el movimiento estudiantil tuvo en cuenta la experiencia de la ‘reforma’ argentina.


La  ocupación de la mayoría de los colegios secundarios durante casi 30 días, no tiene precedente en el Uruguay. El centroizquierdista Frente Amplio que gobierna el municipio de Montevideo, se opuso abiertamente al movimiento de ocupaciones y asambleas en los colegios.


Brecha (6/9) dice que el movimiento comenzó reclamando un anodino derecho a “discutir la reforma”, pero que “la vertiginosa dinámica de los acontecimientos y, sobre todo, un crecimiento exponencial en el ritmo de las ocupaciones precipitaron entre los estudiantes la incorporación de una serie de aditivos al reclamo original. Así, las exigencias principales se centraron en el carácter resolutivo del debate, un presupuesto educativo acorde a las ‘soluciones’ a que se arribara en ese debate y el cese de la aprobación de la reforma al final del ciclo lectivo”.


Aunque no conocemos los detalles de los términos mediante los cuales se levantaron las ocupaciones, todo indica que el gobierno tuvo que allanarse a discutir la “plataforma estudiantil”. Brecha lo pone así en boca de una joven del Liceo 10: “A ver si nos entendemos. No estamos negociando un diálogo, estamos dialogando para una negociación de la reforma. El fin no es el diálogo, sino el cese de la reforma y los otros puntos de nuestra plataforma. Acá no vamos a dejar de luchar hasta lograr lo más que se pueda. Por más que terminen las ocupaciones, las medidas de lucha van a seguir hasta el final. Acá no hay una bajada de brazos, porque vamos a seguir con otras medidas (Estas afirmaciones, a juzgar por la muestra de aprobación del grupo, sirvieron como síntesis del pensamiento colectivo)”.


El gobierno no pudo aplicar ninguna sanción a los ocupantes —había insinuado “desalojar” con la fuerza pública y la represión—, y salió debilitado. La acción audaz de los secundarios  revoluciona objetivamente a todo el movimiento popular, dominado ampliamente por el centroizquierda.