Violenta represión al pueblo del Sahara

El apoyo abierto de la España ‘socialista'

-Exclusivo de internet

El gobierno de Marruecos está llevando adelante una feroz persecución contra el pueblo saharaui -los habitantes autóctonos del Sahara Occidental- con el silencio pactado del gobierno español y de todos los países del viejo continente. El 8 de noviembre, el régimen marroquí asaltó y destruyó el campamento de Agdaym Izik, donde vivían unos 20 mil saharauies. Argumentó que el lugar había sido “infiltrado” por elementos subversivos del Frente Polisario, la formación política que aboga por la fundación de una República Saharaui, escindida de Marruecos. En realidad, los habitantes del campamento pedían mejores condiciones de vida y ayuda social.

La población saharaui es aproximadamente de 250 mil personas, de las cuales 175 mil viven en campamentos en las arenas de Tindurf. El ataque de las fuerzas de seguridad, considerado el más virulento desde que Marruecos tomó el control de la zona hace 35 años, dejó decenas de muertos y desaparecidos. Los militares avanzaron, por ambos lados del lugar como una tenaza, incendiando tienda por tienda. Eran acompañados por helicópteros que sobrevolaban el área.

Luego del asalto, el conflicto se trasladó a El Aaiún, la capital del Sahara Occidental, donde se registraron enfrentamientos y choques entre los saharauies y las fuerzas de seguridad.

En los días siguientes, el gobierno del Rey Mohamed VI dictó la ley marcial para poder aplicar tribunales militares a los líderes de las protestas. A su vez, las fuerzas de seguridad llevan adelante una verdadera cacería, mediante allanamientos y redadas en las viviendas saharauies para detener a los activistas de las manifestaciones. Ya hay seis saharauies que serán juzgados ante un tribunal militar por constituir una “banda criminal”, mientras que hay otros 63 procesados.

Desenlace de sangre

La violenta represión del gobierno marroquí quebró un frágil equilibrio que regía en la zona desde que fue abandonada por España en 1975. El gobierno español entregó dos tercios del Sahara a Marruecos y el resto a Mauritania. Sin embargo, el Frente Polisario exigía la formación de un Estado independiente para los saharauies. La situación se mantuvo estancada, en rondas interminables de negociaciones auspiciadas por la comunidad internacional hasta recientemente, cuando Marruecos rompió la impasse con el objetivo de aplastar completamente la lucha del pueblo saharaui por su independencia.

El conflicto entre Marruecos y los saharauies es, principalmente, inquietante para España, cuya proximidad geográfica lo expone a sufrir cualquier desequilibrio regional. Por eso, la prensa española destaca el carácter “estratégico” de la relación entre Madrid y Rabat. Es decir, Marruecos hace el trabajo sucio de España. Inclusive, según el diario “El País”, el gobierno español estaba al tanto de la preparación del ataque contra el campamento. “El ministro de Asuntos Exteriores (de Marruecos), Taieb Farsi-Fihri, se lo anunció el pasado miércoles a su homóloga, Trinidad Jiménez”.

Se requiere de una acción internacional de condena para detener la brutal persecución y represión contra el pueblo saharaui, al tiempo que es necesario denunciar el silencio de las potencias imperialistas, que esconden su responsabilidad en la masacre.