Virtual huelga general

Acaba de tener lugar en Francia la segunda huelga general de empleados estatales y trabajadores de las empresas públicas en menos de cuarenta días. Según las informaciones, provocó la paralización completa del país.


La huelga de octubre fue para protestar contra el congelamiento de los salarios de los empleados públicos, la del viernes fue para repudiar el llamado ‘plan Juppé de la seguridad social’. El ‘plan’ establece la elevación de la edad jubilatoria de los empleados estatales, la derogación de los regímenes jubilatorios especiales y la elevación de los aportes obreros a la ‘seguridad social’ (que incluye tanto previsión como salud).


Aunque algunos diarios anglosajones (The Wall Street Journal, The Financial Times) han calificado al ‘plan Juppé’ como “insuficiente” alcanzó para desatar una rebelión obrera.


Más aún, los ferroviarios anunciaron que continuarán con las medidas de fuerza. Viendo el movimiento que se está desarrollando  ‘por abajo’ entre los ferroviarios, Le Monde (23/11) recordó la huelga de Air France en 1992, con piquetes, ocupaciones de aeropuertos y cortes de rutas.


La burocracia sindical jugó un papel abiertamente divisionista y rompehuelgas.


La burocracia de Force Ouvrière desistió de participar en la huelga general del 24 de noviembre y llamó a su ‘propia jornada’ para el 28/11. Según Le Monde (18/11), la jugada de la burocracia de FO obedecería a los acuerdos secretos a los que habría arribado con el presidente Chirac y que le asegurarían la participación en la dirección de las cajas del seguro de salud, a cambio de una “oposición de forma” a la “reforma” de la seguridad social.


Por otra parte, Natalie Notat, la secretaria general de la central sindical democristiana (CFDT), apareció por la TV para señalar que “el ‘plan Juppé’ tiene aspectos positivos que debemos apoyar” (Le Monde, 22/11). La CFDT sostiene una áspera disputa con la FO por la participación en la dirección de las cajas del seguro de salud. Los sindicatos de base de los estatales afiliados a FO y a la CFDT, sin embargo, participaron activamente de la jornada del 24 de noviembre. Más aún, Natalie Notat enfrenta un “virulento movimiento que reclama su renuncia” (Le Monde, 22/11).


Cuando fue anunciado, hace apenas quince días, la prensa francesa dijo que ‘el plan Juppé’ constituía “el segundo nacimiento” del gobierno. La huelga ha convertido ese ‘nacimiento’ en un aborto y ha puesto en completa crisis a un gobierno ya jaqueado por la crisis económica (ver aparte) y la lucha de los estudiantes (ver nota).


La huelga de los estatales contó con el apoyo activo de los estudiantes universitarios y secundarios (que manifestaron junto a los trabajadores) y, según todas las encuestas, con el sostén de la mayoría de la población francesa. No estamos, simplemente, ante una ‘rebelión de los estatales’, sino ante el inicio de una verdadera rebelión popular en Francia.